Loma Colmenar acogió ayer la celebración que la Federación
Provincial de Asociaciones de Vecinos organizó con motivo
del final del Ramadán. Al acto acudieron numerosas
autoridades civiles y militares, como el presidente de la
Ciudad, Juan Vivas, que se definió como “el alcalde de todos
los ceutíes por encima de los diferentes credos y razas”. El
presidente de la FPAV, José Ramos, transmitió sus
felicitaciones.
Los vecinos de Loma Colmenar celebraron ayer “un entrañable
encuentro”, tal y como lo describieron los integrantes de la
FPAV (Federación Provincial de Asociaciones de Vecinos),
organizadores de la cena celebrada con motivo del final del
Ramadán.
El acto tuvo lugar en Loma Colmenar, donde algunos vecinos
aprovecharon para pedir que se les construyera una mezquita.
Asistieron numerosas autoridades, como el presidente de la
Ciudad, que pronunció un extenso discurso en el que lanzó
“un abrazo fraternal” a todos los vecinos. “Porque yo soy el
alcalde de todos los ceutíes por encima de los diferentes
credos y razas” -explicó- y recordó que hay que poner “la
visión” en aquellos “que por consecuencia de la crisis o la
enfermedad lo están pasando mal”.
El presidente se remontó a una década atrás -”cuando esto no
era un barrio, sino una vaguada”, recordó-, y de cara al
futuro, se comprometió “a renovar infraestructuras” y a “dar
calidad a los servicios”, para que Loma Colmenar sea “una de
las mejores barriadas de Ceuta”.
Por último, alabó que en los ceutíes “impera de corazón el
respeto y la tolerancia por la diversidad cultural”.
También estuvieron el delegado del Gobierno, José Fernández
Chacón; la consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda
Bel; el consejero de Servicios Comunitarios y Barriadas,
Gregorio García Castañeda; la viceconsejera de Educación,
Rocío Salcedo, y el segundo jefe de la Comandancia General
de Ceuta, el general Julio Herrero Isla.
El presidente de la FPAV, José Ramos, aseguró que se sentían
“orgullosos” de celebrar con los vecinos ”este mes tan
espiritual” y que les transmitía sus felicidades. Antes de
ir “al ataque” de la comida, el imán Abdeselam El-Yunghi
rezó y ofreció una bendición. Después se entregaron placas
conmemorativas entre los participantes.
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