Bob Dylan lo decía hace años (aunque no tantos como parece):
los tiempos están cambiando. Claro que también lo decía Don
Hilarión en la increíble zarzuela “La verbena de La Paloma”
cuando canturreaba aquello de “hoy las ciencias adelantan
que es una barbaridad”.
Dylan y Don Hilarión coincidían en su apreciación
relativista, el mundo está cambiando ante nuestros ojos a
una increíble y portentosa velocidad. Estos cambios son
profundos y, si miramos con perspectiva, empezaron algunos
decenios atrás.
La crisis económica es la primera crisis del capitalismo
global,lo que nos lleva a pensar inmediatamente que o bien
la globalización no elimina el proceso de crisis cíclicas
del capitalismo; o bien la globalización ha tenido como
primera y beneficiosa utilidad la de manifestar la necesidad
de retomar principios del liberalismo que habíamos
abandonado.
No solo se trata de que la economía financiera nunca puede
convertirse en la ama y señora de la economía
productiva,sino que además tenemos la imperiosa necesidad de
que esa economía productiva se convierta en el motor de una
recuperación estable y sostenida. Hay que recuperar la
figura del emprendedor y de la libre empresa.
Cuando antes hablaba de mirar con perspectiva lo decía en
dos sentidos. Uno de ellos hacía referencia a la caída del
Muro de Berlín y del ominoso sistema comunista soviético,
caída que propició no solo la liberación de ingentes
cantidades de energía económica y social, que han sido
desaprovechadas en gran parte por ignorancia.
El otro sentido hace referencia a la necesidad de mirar
hacia el futuro con optimismo. No queremos ni necesitamos un
nuevo pensamiento socialista o filo comunista, ya conocemos
perfectamente los resultados: ineficiencia económica a todos
los niveles,creación de burocrácias estatales y de partido
corruptas,funcionamiento mafioso de la economía y
desaparición de los derechos civiles y libertades
individuales, el Estado se convierte en el dueño de vidas y
haciendas y trata de eliminar la aspiración humana a la
trascendencia.
Porqué entonces hay que mirar con optimismo hacia el futuro,
se preguntarán ustedes. En primer lugar y ante todo, siempre
será ma útil y práctico ser optimista que lo contrario, Sir
Winston Churchill lo decía siempre y, creo que justo es
reconocer que le dió siempre buenos resultados.
En segundo lugar la crisis actual nos ha enseñado algunas
lecciones que los gobiernos nacionales están empezando a
tener en cuenta:
1.- La economía financiera tiene que estar supeditada a la
economía productiva.
2.- El proceso económico no puede basarse,por tanto, en un
aumento ilimitado del gasto via subvenciones o ayudas.
3.- Fortalecer los sectores productivos y promover la libre
empresa y la figura del emprendedor solidario es
imprescindible.
4.- Es necesario una reforma profunda del papel de las
bolsas y mercados financieros, no puede permitirse que la
mera labor especulativa de los gestores de los fondos de
inversión,ponga a paises o grupos de países al borde de la
suspensión de pagos.
5.- Hay que avanzar un poco más en el desarrollo del sistema
de libre mercado como un sistema de capitalismo solidario.Ya
se que a los progres de siempre esto les parece imposible y
contradictorio,pero dado su nivel de éxito en crear
sociedades mas justas en los últimos setenta años utilizando
el marxismo y la revolución, harían mejor dedicándose a otra
cosa. Y nosotros haríamos mejor haciendo oídos sordos.
6.- Entender la globalización como un proceso de
interconexión de mercados y herramientas económicas que aún
no ha finalizado y, que por su propia naturaleza obliga a la
solidaridad económica.
Creo que el concepto de capitalismo solidario ha sido
suficientemente descrito por Rich de Vos en su excelente
libro titulado en español como “Capitalismo Solidario”,
traducido de su original en inglés:”Compassionate Capitalism”.
Un libro cuya lectura recomiendo vívamente en estos tiempos
de crisis.
Pero sea como fuere hay algo mas allá de las leyes
económicas que cada vez se está moviendo con mas y mas
fuerza a través de las fronteras.Y eso no es ni mas ni menos
que la fuerza del Espíritu como bien ha dejado patente la
celebración de la JMJ en Madrid. Al mismo tiempo que muchas
medidas económicas y políticas se toman para resolver
nuestras necesidades materiales, se ha abierto el camino
para la nueva evangelización de Europa Occidental. El
Espíritu se ha puesto ya en acción.
Los tiempos cambian,el mundo está cambiando ante nuestros
ojos, recordemos las palabras de San Pablo cuando decía
“Omnia Bonum”: todo es para bien.
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