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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE AGOSTO DE 2011

 
OPINIÓN / EL ALA OESTE

Times are changing

Por Juan Carlos Hernández


Bob Dylan lo decía hace años (aunque no tantos como parece): los tiempos están cambiando. Claro que también lo decía Don Hilarión en la increíble zarzuela “La verbena de La Paloma” cuando canturreaba aquello de “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”.

Dylan y Don Hilarión coincidían en su apreciación relativista, el mundo está cambiando ante nuestros ojos a una increíble y portentosa velocidad. Estos cambios son profundos y, si miramos con perspectiva, empezaron algunos decenios atrás.

La crisis económica es la primera crisis del capitalismo global,lo que nos lleva a pensar inmediatamente que o bien la globalización no elimina el proceso de crisis cíclicas del capitalismo; o bien la globalización ha tenido como primera y beneficiosa utilidad la de manifestar la necesidad de retomar principios del liberalismo que habíamos abandonado.

No solo se trata de que la economía financiera nunca puede convertirse en la ama y señora de la economía productiva,sino que además tenemos la imperiosa necesidad de que esa economía productiva se convierta en el motor de una recuperación estable y sostenida. Hay que recuperar la figura del emprendedor y de la libre empresa.

Cuando antes hablaba de mirar con perspectiva lo decía en dos sentidos. Uno de ellos hacía referencia a la caída del

Muro de Berlín y del ominoso sistema comunista soviético, caída que propició no solo la liberación de ingentes cantidades de energía económica y social, que han sido desaprovechadas en gran parte por ignorancia.

El otro sentido hace referencia a la necesidad de mirar hacia el futuro con optimismo. No queremos ni necesitamos un nuevo pensamiento socialista o filo comunista, ya conocemos perfectamente los resultados: ineficiencia económica a todos los niveles,creación de burocrácias estatales y de partido corruptas,funcionamiento mafioso de la economía y desaparición de los derechos civiles y libertades individuales, el Estado se convierte en el dueño de vidas y haciendas y trata de eliminar la aspiración humana a la trascendencia.

Porqué entonces hay que mirar con optimismo hacia el futuro, se preguntarán ustedes. En primer lugar y ante todo, siempre será ma útil y práctico ser optimista que lo contrario, Sir Winston Churchill lo decía siempre y, creo que justo es reconocer que le dió siempre buenos resultados.

En segundo lugar la crisis actual nos ha enseñado algunas lecciones que los gobiernos nacionales están empezando a tener en cuenta:

1.- La economía financiera tiene que estar supeditada a la economía productiva.

2.- El proceso económico no puede basarse,por tanto, en un aumento ilimitado del gasto via subvenciones o ayudas.

3.- Fortalecer los sectores productivos y promover la libre empresa y la figura del emprendedor solidario es imprescindible.

4.- Es necesario una reforma profunda del papel de las bolsas y mercados financieros, no puede permitirse que la mera labor especulativa de los gestores de los fondos de inversión,ponga a paises o grupos de países al borde de la suspensión de pagos.

5.- Hay que avanzar un poco más en el desarrollo del sistema de libre mercado como un sistema de capitalismo solidario.Ya se que a los progres de siempre esto les parece imposible y contradictorio,pero dado su nivel de éxito en crear sociedades mas justas en los últimos setenta años utilizando el marxismo y la revolución, harían mejor dedicándose a otra cosa. Y nosotros haríamos mejor haciendo oídos sordos.

6.- Entender la globalización como un proceso de interconexión de mercados y herramientas económicas que aún no ha finalizado y, que por su propia naturaleza obliga a la solidaridad económica.

Creo que el concepto de capitalismo solidario ha sido suficientemente descrito por Rich de Vos en su excelente libro titulado en español como “Capitalismo Solidario”, traducido de su original en inglés:”Compassionate Capitalism”. Un libro cuya lectura recomiendo vívamente en estos tiempos de crisis.

Pero sea como fuere hay algo mas allá de las leyes económicas que cada vez se está moviendo con mas y mas fuerza a través de las fronteras.Y eso no es ni mas ni menos que la fuerza del Espíritu como bien ha dejado patente la celebración de la JMJ en Madrid. Al mismo tiempo que muchas medidas económicas y políticas se toman para resolver nuestras necesidades materiales, se ha abierto el camino para la nueva evangelización de Europa Occidental. El Espíritu se ha puesto ya en acción.

Los tiempos cambian,el mundo está cambiando ante nuestros ojos, recordemos las palabras de San Pablo cuando decía “Omnia Bonum”: todo es para bien.
 

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