El sargento de Bomberos y jefe accidental del Cuerpo, Luis
García, explicó que el protocolo a seguir cuando una
dotación de funcionarios se traslada a la barriada de
Príncipe Alfonso es que sea escoltada por un vehículo del
Cuerpo Nacional de Policía. “Sobre todo cuando es un
vehículo o quema de rastrojos ya que no hay un peligro
inminente para las personas”, remarcó. “Si se sabe que es
una vivienda se va directamente porque no se sabe cuántas
personas pueden estar afectadas”, aseveró. Ahí “el grupo se
olvida de los apedreamientos”, informó. Los últimos
apedreamientos al Servicio de Extinción de Incendios y
Salvamento en esta barriada se produjeron en el mes de
junio, cuando uno de los funcionarios recibió varias
pedradas en la espalda mientras extinguía un fuego. García
quiso dejar claro que “son cuatro gamberros los que realizan
estas acciones y no son todos los vecinos”.
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