No es necesario más de un minuto para expresar un sinfín de
sensaciones a través del cine. Los amantes del cortometraje
lo saben, y en Ceuta parece que cada vez hay más adeptos a
este género empeñado en mostrar a las grandes
superproducciones que no es necesario un gran capital para
contar una buena historia y con ella hacer pensar, reír, o
en algunos casos, incluso llorar.
Anoche, el Parque Marítimo del Mediterráneo albergaba por
quinto año consecutivo toda la pasión, el trabajo y el
esfuerzo depositado por un puñado de ceutíes para crear una
ilusión cinematográfica a partir de los recursos más
básicos, pero la escasez en este caso, solamente en el plano
económico, ya que en lo referente a ideas, talento y
calidad, la Muestra de Cortometrajes de la Asociación
Cinematográfica de Ceuta va creciendo año tras año.
La quinta edición de este certamen, como su propio
presentador, César Martín, mencionó al principio de la gala,
ha sido una marcada por la crisis, aunque los asociados a
esta organización han podido disfrutar de nuevo con el apoyo
económico de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer,
representada por la consejera de Vicepresidencia y
Gobernación, Yolanda Bel, que presenció el acto desde la
primera fila.
Durante la gala, de aproximadamente dos horas, que comenzó
al filo de las diez de la noche, hubo tiempo para todo. Las
primeras carcajadas sonaron pocos minutos después de su
arranque gracias a ‘El atraco del tío Paco’, de Arturo y
Rafael Muñoz, y se repitieron a lo largo de la noche en
varias ocasiones. Después, entrelazados de forma aleatoria,
también se dieron cita el terror y el drama.
Pero además de cortos también hubo sorpresas, entre pellizco
y pellizco de cine se sortearon un jamón, un pollito (en
homenaje al cortometraje ‘Poyete’, de Emilio Pomares), e
incluso un ataúd, eso sí, de corcho, que había formado parte
del atrezzo de uno de los cortos. También llegaron los
minutos para exprimirlos en varios ‘sketches’ humorísticos,
y en guiños en clave de humor hacia la más reciente
actualidad ceutí, como el reciente apagón que sumió a la
ciudad en toda una noche de oscuridad.
Aunque lo más importante es que hubo tiempo de disfrutar del
cine, de un cine en forma de trece piezas elaboradas con
mimo, ingenio y bajo presupuesto, y que demuestran que los
cortometrajes son algo que engancha. Muchos de los
directores que debutaron en 2010 han repetido este año, y
algunos ya están incluso grabando algo nuevo. Y es que ya se
sabe, ‘lo bueno, si breve’...
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