El poblado K-8 acogió ayer una maniobra militar en la que
participó un pelotón de la Legión. Compuesto por 8 militares
y su mando, el grupo realizó un ejercicio de combate en zona
urbanizada, la situación “más peligrosa” a la que se
enfrentan los miembros del ejército. No obstante, ayer
resolvieron el simulacro con éxito al abatir al enemigo.
Alrededor de las 10.30 horas de ayer, el 2º pelotón de la 3ª
Sección pertenecientes a la 1ª Compañía de la IV Bandera de
la Legión recibió la orden de reconocer el poblado K-8 (en
Benzú). Inteligencia había localizado un posible almacén de
armamento perteneciente a las milicias enemigas en el que
probablemente había armas y material para fabricar
artefactos explosivos. Tras recibir las órdenes, el pelotón,
dirigido por el sargento Sautu, procedió al reconocimiento
del poblado.
Un poblado abandonado formaba el paisaje que el grupo,
compuesto por ocho militares más su mando, tenía que
reconocer. Tras comprobar que un garaje, situado en la parte
norte, se encontraba vacío, este espacio se convirtió en el
posible ‘nido de heridos’. Un lugar donde dirigir a los
caídos en el caso de ataque. Para avisar a los compañeros de
que es zona segura, se utilizan unas cintas verdes que se
dejan en el suelo para identificar la zona. Se trata del
código de color que emplean en el ejército para comunicar si
la zona es segura (verde), si hay un herido (amarillo) o si
están los enemigos (rojo).
Tras recibir fuego de los insurgentes durante el
reconocimiento, hubo que hacer un repliegue para poder
evacuar la baja que se sufrió de un legionario hacía el nido
de heridos, tal y como explicaba el capitán Ortega, máximo
responsable de la 1ª Compañía. Había llegado el momento de
reaccionar al fuego enemigo con “agresividad y
determinación”, señalaba Sautu.
Prueba de evaluación
“Seguidamente hemos entrado reconociendo todos los edificios
de la K-8 y se ha procedido a limpiar el depósito de
armamento donde se han encontrado a dos insurgentes que han
sido abatidos”, así resumía el capitán la maniobra que
realizó ayer este grupo de la Legión. Esta es una forma de
evaluación interna, que permite a los mandos comprobar que
la instrucción ha funcionado correctamente, aclaraba el
sargento Sautu. Una vez superada la prueba, la Legión
demuestra que está preparada para afrontar el combate en
zona urbanizada, la situación “más peligrosa” que se les
puede presentar, según explicó el capitán Ortega.
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