El equipo caballa que dirige Sergio Lobera desde que echo a
rodar allá por mediados del mes de julio no ha hecho otra
cosa que no sea encandilar a su afición y a los directivos
del club. La seña de identidad del conjunto ceutí está bien
definida en este inicio de temporada. Los individualidades
quedan olvidadas y lo que se resalta sobre el terreno de
juego es el fútbol combinativo, vistoso y de toque. Las
vibraciones y sensaciones que dejaron ver en el debut
liguero contra el Sevilla Atlético fueron muy positivas. La
pelota se desplazó en la primera mitad desde la defensa con
mucho criterio. Las incursiones de los laterales fueron muy
continuadas. Y el trivote utilizado en el medio con Samu-Julio
de Dios-Aitor funcionó a las mil maravillas. Junto a una
delantera muy peligrosa y efectiva de cara a puerta.
Sin duda, se dejó constacia de que los caballas no van a
renunciar a jugar de esta manera en ningún momento de la
temporada, y en ningún determinado partido. El propio
entrenador aragonés, Sergio Lobera, tiene muy claro su
sistema de juego que es muy parecido al que empleó la
temporada pasada en el San Roque. Y sus jugadores lo tienen
bien estudiado. De cara al aficionado, es agradable ver a un
equipo que apueste por un juego bonito y atrevido, y que no
sea muy monótono en sus movimientos y prevesible a la vez.
De este modo, la afición de la AD Ceuta podrá disfrutar este
año de una escuadra que será fiel al juego de toque y que no
se amilana ante sus rivales y es capaz de expresar sus ideas
en cada partido. En Cadiz, el próximo domingo se podrá
comprobar esta forma de jugar.
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