OPINIÓN - LUNES, 22 DE AGOSTO DE 2011

Tempus fugit

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

En efecto, el tiempo corre que no vean ustedes, parece mismamente que fue ayer cuando todos andábamos enzarzados en unas elecciones municipales que eran infinitamente más trascendentes que una simple elección de alcaldes o de Presidentes Autonómicos, allí todos sabíamos que nos estábamos jugando el conseguir dar un primer paso hacia el principio el fin de la era más oscura, tenebrosa y repugnante sufrida por España desde la sanguinaria II República. Si en su momento el PSOE de Felpe y de Guerra, pese a acabar como acabaron, fue un partido conciliador, empeñado en pasar página y en conseguir que jamás volviera a resurgir el fantasma de “las dos Españas” a fuerza de respetar tanto a los unos como a los otros, hasta el punto de que jamás fuimos “unos y otros”, sino todos juntos, estos diabólicos a quienes hacen mención hasta en las profecías del Apocalipsis “El Anticristo llegará al poder sobre la sangre de los inocentes” han logrado durante su ruinero gobierno abrir una brecha profunda porque su objetivo desde el primer momento fue perseguir, acosar y aniquilar las libertades de quienes no comulgamos en la misa negra del “pensamiento único”. Parece que fue ayer, la precampaña con los rigores de un lluvioso invierno, la campaña simbólicamente en primavera y de aquí a muy poco tiempo el empujón final de la precampaña de las Generales, la campaña en noviembre cuando ya anda España vestida de Navidad entre guirnaldas de luces y villancicos a un chiquirritín nacidito entre pajas, ya saben a quién me refiero y conocen los versos donde se le llama “queridito del alma”. ¿Y qué nos va a traer el Niño Divino que nacerá un mes y dos días después de las Generales? Tempus fugit. El tiempo huye y sin darnos cuenta nos vamos a meter en un plis plas en el aroma de los dulces de los conventos, de esa alacena de las monjas que nos dan gloria bendita, pastelillos toronjas y dulces de leche frita ¡Que preciosa una campaña en preNavidad! Normal que a los apóstatas, por favor, vamos a utilizar correctamente el lenguaje, la palabra “laico” pertenece al lenguaje religioso y todos somos laicos ya que no hemos sido ordenados como sacerdotes, los que se hacen llamar “laicos” son individuos que han sido bautizados y han renegado de su fe lo que en diccionarios y enciclopedias aparece definido como “apostasía” es decir que son “apóstatas” aunque también se les puede llamar “renegados” o incluso “rebotados”, iba diciendo que es normal que a los apóstatas la fecha les vaya a picar, no por el 20N histórico, sino porque van a bregar con su apostasía y echando azufre por las orejas mientras dos mil millones de cristianos, todos a una ,estamos cantando al Dios Nacido, preparando su llegada mientras espiamos el cielo a la busca de la estrella que nos anuncie su llegada, mentras la Virgen lava pañales y los tiende en el romero, los pajaritos cantando y el romero floreciendo. ¿Qué van a poder contra lo que significa, defiende, postula, ama, potencia, jalea y adora el Partido Popular? ¡Así se están quedando las filas socialistas que quitando a los estómagos agradecidos tiene más deserciones que el ejército de Pancho Villa! Ilusionan unas elecciones al son de las panderetas y de las zambombas, mientras que por los campos de Andalucía pasan los campanilleros despertándonos con sus campanillas y con sus guitarras. España ¡Cómo es!.Y eso no nos l han podido arrancar los apóstatas ni del sentido, ni del sentir, ni de los sentimientos,porque lo llevamos “de fábrica” como el color de los ojos y el rizo de las pestañas. ¿Y se creían que nos iban a joder convocando para el 20 N? Pues se han columpiado porque olerá a Navidad y esa fiesta es nuestra y de otros dos mil millones y compromisarios no nos van a faltar, porque andan nubes de querubines entregando sus carnets de identidad para apuntarse y los serafines van de apoderados ¡Será por Corte Celestial! Tempus fugit, parece que el 15M fue ayer y ya tenemos encima la promesa de la libertad definitiva, ya hemos cumplido la condena que nos fuera impuesta y ya preparamos el hatillo para salir pitando en cuanto abran la reja. ¿Qué qué llevaremos en el hatillo? Pues por las fechas llevaremos el dulce de Navidad del que habla la copla y que está hecho, según receta de la Virgen con “Un kilo de azúcar blanca, agüita del Avellano ¡Y al perol la calabaza! Tres Salves, un padrenuestro y la gloria de tus manos”
 

¡El tiempo está loco!

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Rflexionen ustedes sobre la cantidad de veces en sus vidas que habrán exclamado la coletilla meteorológica: ¡El tiempo está loco!. Que también se dice ¡Qué loco está el tiempo!. Y en Ceuta, balcón y mirador sobre el Estrecho de Gibraltar, la exclamación alcanza visos de notable verisimilitud porque excepción hecha del mágico Finisterre en “terra da meigas” y de algunos enclaves cantábricos de mares traicioneras, no conozco punto alguno en toda España donde los cambios climáticos sean tan fulgurantes y menos aún donde prácticamente se den todos los extremos de la meteorología. Y lo digo por este verano donde, la continuación de alguna jornada más bochornosa de lo habitual era la emanación marina de esa niebla densa, opaca y salobre que en Málaga se llama “calima” y aquí “taró”. Una belleza que difumina los contornos y hace que la ciudad aparezca rodeada de una bruma de misterio, mientras de fondo las sirenas de los barcos parecen cantos de sirenas cazalleras ¡Uuuhhh…!. Clima atractivo de mañanas cálidas y noches atlánticas donde se dice eso de que “refresca y hay que ponerse una manguita”. Es uno de los alicientes de este enclave atlante, el no saber con qué tiempo te vas a encontrar la jornada siguiente, ni qué espectáculo cromático de tintes wagnerianos (por la grandiosidad) van a ofrecer de manera gratuita tanto el cielo como sus nubes ornamentales. Nunca he visto nubes con semejante acumulación de la gama del gris, desde el marengo tras la montaña de la Mujer Muerta al “degradé” de tonalidades que llegan a la palidez lechosa tras escalar todos los matices habidos y por haber. Siempre según sople el viento que es caprichoso y antojadizo y sigo las enseñanzas de mi sabio director Antonio Gómez que me imparte lecciones sobre cada extremo mágico y onírico de una Ceuta que, o se apercibe como la paleta de colores de un pintor impresionistas, o no se apercibe de ninguna manera. ¡Y que vengan los espíritus evanescentes de Manet y de Monet para hacer buenas mis palabras! ¡ Que van a mirar el cielo y van a alucinar! ¿Qué dicen? ¿Qué nuestro patrimonio artístico-nuboso es tan solo digno de los pinceles de Fra Angélico? ¡De eso nada! Porque el curita, en su genialidad, era delicadamente algodonoso y esta ciudad lleva implícitos una bravura y un poderío que tan solo podría ser robado a golpes de espátula sobre un buen lienzo de Flandes (por muy caro que salga el metro de tela) ¡Y nada de sutil acuarela! Buenos óleos de los que se fabrican por los propios pintores viejos y que los menos viejos compran de la marca Rembrandt que vale un perraje pero que merece la pena porque, bien tratado con los barnices adecuados los matices permanecen inalterables al paso del tiempo. Que, por cierto, aquí está loco y es veleidoso, imaginativo, imprevisible, anárquico y casi, casi indefinible y de ahí su encanto, porque en la variedad está el gusto y en la uniformidad el aburrimiento y aquí el tiempo no da lugar a aburrirse porque sales a la calle en un radiante día mediterráneo, se ofusca la parte atlántica, lanza los vientos, se arma un amago de galera y sanseacabó, a sortear las rachas y a estar a verlas venir. Y lo curioso es que viene porque los mares firman una tregua, el aire se perfuma de la gracia de Dios, Neptuno le guiña a Venus y llega una hora violeta tan cristalina que se diría de cristal de Bohemia. ¡Cuan bello es que el tiempo esté loco!