Esta visto, el sindicato de los
futbolistas que no se distingue por nada especial, ha
logrado que los futbolistas, apoyados especialmente por los
que más destacan, al ser internacionales, vayan a una huelga
que ya veremos donde termina.
La primera jornada del campeonato, de momento, queda
suspendida y nada me extrañaría que trajera más problemas al
trasladarla, de lleno, a plenas fiestas de Navidad.
Un problema ahora y otro después, ahora la suspensión
acarrea un problema añadido en las quinielas, mientras que
en las navidades, ya veremos quienes son los que están
decididos a jugar, en esos días que, ya como norma, tienen
todos los años unos días de vacaciones.
Alguien se ha equivocado con estos planteamientos y el
fútbol, como todas las actividades en las que las huelgas
han hecho acto de presencia, será el que se resienta y pague
todo, a la larga.
Puede que un retraso, aisladamente, no suponga casi nada,
pero ahora mismo podrían enconarse las posturas y lo que es
una sola jornada prolongarse indefinidamente. Mal asunto, y
mucho peor cuando todos los equipos han hecho ya sus
preparaciones pensando en el comienzo de la competición, en
unas fechas determinadas.
Particularmente, soy muy poco optimista en este asunto y
mucho me temo que las diferencias existentes hoy, entre dos
arriba y todos los demás después, se van a ir acrecentando
en lo deportivo y al propio tiempo, en lo económico, mucho
más.
La AFE que en su momento podría haber supuesto un apoyo para
algunos futbolistas, hoy es un estorbo para mantener unas
buenas relaciones.
No debemos olvidar quienes pertenecieron, desde el comienzo
de este “sindicato”, a sus órganos gestores, futbolistas que
eran simples medianías y que quisieron mover el fútbol, como
se movían otras parcelas de la sociedad.
Olvidan y olvidaron entonces, que el fútbol es otra cosa,
que la actividad futbolista no es como la de una mina, y que
en el fútbol, a la hora de entrar o pasar de un equipo a
otro, cada uno va por libre, con sus asesores privados, sus
representantes y los clubes, algo que no sucede entre los
conductores que contrata una empresa.
En la primera jornada sale perdiendo el fútbol, pierden las
Apuestas o Quinielas, pierden muchos niños que en vacaciones
tienen más posibilidades de ir al fútbol que cuando tienen
clase.
Todos estos pierden, y que sepamos no hay nada que gane y
nadie que vaya a salir reforzado, tras este paro, esta
huelga o esta “algarada” a la que se unen los
internacionales, muy solidarios ellos, porque saben que sus
millonarios contratos no se van a resentir por el pellizco
que les quitan ahora.
Queda claro otra vez, como cada vez que ha habido una
huelga, los futbolistas se consideran igual que otras
actividades, creen que ellos pueden hacer la huelga, lo que
no sé es si creerán que sus millonarios contratos les fuerza
a algo más.
La AFE, un grupo de oportunistas y vividores del fútbol, sin
practicarlo, puede machacar esta actividad deportiva que se
está convirtiendo en algo más que simplemente deportivo,
pero que dista mucho de ser una actividad similar a
cualquiera otra de las que, de vez en cuando hacen una
huelga.
De todas formas, ellos sabrán, y quienes les apoyan más.
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