Luis María Anson, maestro de
periodistas y miembro de la Real Academia Española, ha
escrito un artículo titulado “Lección Berlusconi” en el que
coincide, plenamente, con el artículo firmado por mí y
publicado en “EL PUEBLO DE CEUTA”, con la decisión tomada
por el presidente italiano para tratar de sacar a su país de
la crisis que le está afectando.
Han sido medidas tal vez demasiado radicales, como la de
eliminar, de un plumazo, 50.000 cargos públicos. Aquí en
nuestro país, si eliminamos de un plumazo 100.000, tampoco
haríamos nada del otro mundo. Aunque el asunto no esté en
esa eliminación tan drástica sino en la burocracia
creciente. Hasta aquí mí admirado maestro, Anson, estamos
totalmente de acuerdo ambos dos.
Pero hay una parte de su artículo, que con todo el respeto y
admiración que usted me merece, lo escribí hace bastantes
años. El asunto no es otro que eso que escribe usted: “Hasta
que los funcionarios y empleados públicos no se reduzcan a
la cifra total de 600.000, en las cuatro administraciones
(la central, la autonómica, la provincial y la municipal),
de cada diez que se jubilen o fallezcan sólo será sustituido
uno.
Oiga, con todo el respeto del mundo y con toda la admiración
que siento por usted, para mí es un orgullo que usted, en
ese artículo publicado el pasado martes, coincida con todo
cuanto escribí hace bastantes años, sobre los empleados
públicos.
Igual que coincidimos en cuanto a las empresas públicas
creadas en España por todos los partidos políticos, pues el
que esté libre de pecado que tire la primera piedra ya que,
todas ellas, han sido creadas para colocar a los parientes,
amiguetes y simpatizantes.
Igual que deben desaparecer todas estas empresas públicas,
deberán hacerlo las diputaciones provinciales, cabildos y
consells que no valen absolutamente para nada. Lo único que
forman es una cuarta administración que nos cuesta a, todos
los españoles, una pasta gansa y para lo único que valen
para enredar más la burocracia.
Dejando a un lado la enorme satisfacción que he sentido
leyendo su artículo, como todos una autentica joya
literaria, permítame que vaya una frase que ha dicho el
presidente de los EE. UU Obama.
Obama ha dicho: “la crisis no es de las finanzas sino de la
política”. El presidente, de la que se supone la mayor
potencia mundial, al decir esta frase lo ha “clavado”. Ha
pegado en el mismo centro de la diana.
Aquí, en España, según una encuesta el tercer problema de
los españoles es la clase política. Por lo visto, según esa
encuesta, tenemos que soportar la mediocridad general de
nuestros políticos. Aunque a decir verdad, no existe una
gran diferencia entre los políticos de otros países donde la
mediocridad también es abundante en su clase política.
La política que tiene toda su grandeza se ha convertido, hoy
día, en la aspiración de muchos ineptos que ven en ella un
buen negocio para considerarla un medio de vida sin dar un
palo al agua.
Mismamente, viendo algunas listas electorales, algunos de
sus componentes, no entrarían a trabajar en éste periódico,
ni como auxiliares de los becarios.
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