OPINIÓN - MARTES, 16 DE AGOSTO DE 2011

¿Y por qué nos tenemos en Ceuta ni capeas ni encierros? ¿Y por qué no traen al toro Ratón?

Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
 

Y como podemos enarbolar nuestra respetabilidad celtibérica sin contar ni con un mísero coso taurino donde remover la oscura memoria colectiva? Es una amarga cuestión que me vengo planteando, sobre todo a la hora de enarbolar criterios comparativos con nuestra hermana marinera, Melilla donde presumen de una buena plaza de toros y encima nos restriegan por la cara que el Presidente Imbroda colocó bien a la vista, tras arduas gestiones a un vistoso toro de Osborne llamado por más señas “Gurugú” mientras que la peña de facebukeros que se ha desgañitado (no hemos desgañitado) reclamando para que nos informen donde se encuentra el toro que existió en Ceuta, recibimos como respuesta un gélido silencio y un absoluto desdén. ¡Pero un toro de Osborne no desaparece de la noche a la mañana ni se evapora sin dejar rastro! Aquí hay contubernio, se presiente. Y hay oscuros manejos e intereses creados, se presiente con aún mayor intensidad. Y que no le echen la culpa a Rubalcaba por mucho que sea un auténtico “culpable” de todo lo malo, porque ese barbas no estaba cuando nuestro morlaco fue abducido ¿O eran los tiempos del felipismo y ya andaba haciendo picardías? No se, no se, para mí que el “culpable” es Rub-al-Kaba ¡Que comparezca el Delegado de Gobierno!.

Pero mejor no tirar por la tangente , porque son muchos los agravios sufridos por el pueblo de Ceuta en lo que se refiere al enardecimiento y defensa de nuestras más íntimas y amadas tradiciones. Ya no elegiré el vericueto del “agravio comparativo” en lo referente a que en España cualquier ciudad mediana cuenta con una plaza de toro con su albero bien rastrillado, sus tendidos de sol y de sombra y su cartel de “figuras” está claro que ahí se nos considera “menos”. Y hablamos de ciudades medianas que no de grandes urbes. Ahora bien, pasamos de la ciudad al pueblo e incluso a la aldea y nos topamos de bruces con la España que disfruta en paz y armonía del gozoso evento cultural de novilladas, capeas y encierros. ¿Que pueblo de nuestra Iberia Vieja puede llamarse pueblo sin un festejo táurico? Hasta los más humildes montan una plaza portátil de esas que se alquilan o vallan un espacio para soltar al novillo o al astado y disfrutar de la conmovedora belleza del espectáculo profundamente hispano del arte de Cúchares, remedado por los mozos del lugar que saltan a la arena en plan espontáneo para tratar de emular a los grandes espadas. Y toda nuestra entrañable geografía está salpicada de espectáculos taurinos. Menos Ceuta. Aquí no se dignan ni a montarnos un encierro soltando a una cabra con mala leche. Nada, ni una puta señal de consideración y de respeto a nuestras raíces. ¿Reivindicación? Ninguna. tan solo llamamiento a la igualdad ¿Por qué absolutamente todo el resto de España sí y Ceuta no? ¿Es que nos quieren estirpar con malas artes el numen de la raza? ¿Es que, sencillamente, quieren jodernos? ¿Es algún tipo de venganza personal contra los aficionados ceutíes? Nos hurtan el romance de grana y oro,el paseíllo a los sones del pasodoble tocado por la banda con mucho ¡chinpún!, el ver los toros desde la barrera, el que el de al lado se fume el tradicional puro y te amargue la corrida, los pañuelos blancos que piden el trofeo, la propia faena de los diestros, la salida del astado de los chiqueros con el consiguiente ¡ooohhhh...” de todo el tendido. E incluso nos privan de la lúdica diversión de un encierro y una capea. Y por supuesto el colmo del ninguneo es la tristeza de que todos sabemos a ciencia cierta que, en estas circunstancias lastimosas, nunca jamás tendremos la ocasión de disfrutar del famoso toro “Ratón” que aparece hasta en los telediarios por su talante sanguinario y que ya cuenta en su haber con tres fallecidos y treinta y cuatro heridos. De ahí el que su “manager” tenga ya comprometidas apariciones estelares del morlaco hasta el 2013 a diez mil euros la actuación. Natural, es el astado más asesino de España y el público delira, lleva camisetas con su torva figura, tiene miles de seguidores y todos le adoran. Así que, como es normal han irrumpido los envidiosos y un despreciable grupúsculo empieza a plantearse la conveniencia de que se retire, eso es a nivel de los políticos que son unos asquerosos y quieren reprimir al pueblo español. Si la gente quiere al Ratón ¿Quienes son esos babosos para conminarle a que no siga con sus brillantes actuaciones? ¿Que son espectáculos violentos? No, en absoluto, son los espectáculos a los que el pueblo asiste con entusiasmo porque nos sale de los cojones ¿Que quieren? ¿Que hagamos las capeas y los encierros con caniches? Sí, eso le gustaría a más de uno : torear caniches. Y le pegaría más. Pero los celtíberos apetecemos buenos toros, como nuestro Ratón y a nuestros hombres y a nuestras mujeres, de la leche del Cid , de Agustina de Aragón y de Manolete nos encanta jugarnos el tipo cara a cara, cuerpo a cuerpo o cuerpo a cuerno, con dos pelotas. ¿Que pretenden, cambiarnos el ADN?. Venga, les reto, pongan en una lista a los gobernantes de Madrid y en otra al Ratón a ver quien gana en popularidad y en cariño. Mis mayores abominaciones y vaderretros a los melindrosos, a los cobardicas y a los afrancesados (antes me he referido a Agustina de Aragón y nobleza obliga) ¡Y que no olviden nuestro diputado y nuestros senadores que se acerca el 20 N! ¿La mejor oferta electoral? Un encierro agosteño a toda carrera por la calle Real para desembocar en un coso taurino montado en la Plaza de los Reyes recibierta con un cuarto de albero para que el morlaco no resbale, los políticos en el tendido, la mujer de Premi que es una de las bellezas oficiales de Ceuta presidiendo la corrida de mantilla marfileña y la irrupción del Ratón ¿Espontáneos? Muchos, porque va de arte taurino y sublimación de la testiculina. Eso, eso es un buen compromiso electoral que supone respeto a los arquetipos, porque somos como somos y ni nada ni nadie nos va a cambiar ¡Que lo intenten!