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OPINIÓN - MARTES, 16 DE AGOSTO DE 2011

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

La herencia de sus marineros
 


Javier Cherllarám
javiercherllaramt@elpueblodeceuta.com

 

Las mas modernas, fraga­tas y navíos de nuestra Armada Española, van atracando en Ceuta, siempre fue algo normal y común que nuestras calles y muelles estuvieran engalanadas para recibir a nuestros marinos. Recien salidito de los bellos momentos vividos en San Fernando, En Ceuta con la Virgen del Carmen, cargado de emociones, me trae, un sentimiento de la infancia. Fue hace mas de treinta años ,una historia, que la guardaba para las meriendas y la reuniones familiares. El nieto mayor siempre la recuerda.Y siempre tuvimos los lazos de unión con la armada. La familia Chellaram y Casas Palenzuela.

El abuelo Bernardo, marino de la guerra civil, pescador, patrón y todo lo que oliese a barco y mar, era el puente de mando, mientras asaba sus sardinas en el infiernillo. El humo recorría la calle Velarde, quitaba el sentido a los vecinos del Patio Morales. En los escalones del viejo Patio, marineros e infantes de Mari­na, se enseñaban las compras de los Ba­zares, fumaban él cigarrillo y hacían cuentas de quien faltaba en la familia para algún detalle de Ceuta. El amor por la Marina nunca muere. El abuelo vio sus niños, sus marinos y desde la venta­na, los llamó a que subieran. Aquello pa­recía la cantina, todos mirando los cua­dros de los antepasados marinos, el Lepanto con la cinta del Crucero Canarias, los tatuajes en los brazos del abuelo. El abuelo sacó la bota de vino, las sardinas, las habas crudas, todo muy artesanal, el pan traído del Alquian y puso unas coplas de Rafael Farina y Antonio Molina.

Ese ratito ameno, y con el calor de sus marineros e infantes, recordando gestas de los tiempos de la guerra, las horas de navegación, las calderas, los fogones, los nudos del as de guía, fue un día de los más felices de su vida, los apretones de manos. Muchas gracias, abuelo, senti­miento compartido. La anécdota se la contó mi abuelo a sus hijas, o sea, mi madre y mis tías.

Los ojos del abuelo emocionado llamó a sus niños a compartir sus vivencias, re­cordando aquellos voluntarios. Mas de treinta años después, la tradición la seguimos, tus nietos, mis hijas, mi nieto, seguimos visitando , LAS FRAGATAS, LOS PORTAAVIONES, POR EL MUELLE ESPAÑA..
 

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