Definitivamente Marruecos está colaborando, ahora también en
el mar, en la captura de inmigrantes que se lanzan hacia las
aguas ceutíes. EL PUEBLO volvió a ser testigo directo ayer
noche, a las 21:30 horas, justo en la ruptura del ayuno, del
intento baldío de siete nadadores que se habían lanzado al
agua en las proximidades de la frontera. La Patrullera
marroquí con dos embarcaciones semirrígidas de apoyo frenó
la salida de los inmigrantes en el mismo límite marítimo con
Ceuta. El despliegue de la Guardia Civil, habitual en estos
casos, concluyó con la satisfacción de saber que los
inmigrantes se los quedó Marruecos.
La cámara de Fidel Raso captó el momento clave que certifica
el hecho de que la Marina Real marroquí colabora ya
intensamente en frenar los intentos de los inmigrantes de
llegar hasta Ceuta por mar. Mientras los servicios marítimos
de las fuerzas marroquíes se mantienen apostados frente a
sus costas y en los mismos límites de las aguas marroquíes,
en tierra, la Gendarmería y Mehanía actúan igualmente.
Las instantáneas que acompañan esta página fueron tomadas
justo a los pocos minutos de la ruptura del ayuno de ayer,
al filo de las 21:30 horas. Un equipo de EL PUEBLO fue
testigo, una vez más, (en la madrugada de este viernes
también lo fue) de la implicación de las fuerzas marroquíes
en la interceptación de inmigrantes, también por mar. Esta
vez, la Guardia Civil, que se había desplegado como
habitualmente para responder, sólo fue testigo del trabajo
de los marroquíes a escasos metros de las aguas ceutíes.
EL PUEBLO quiso estar presente en las horas en que los
inmigrantes intentan casi siempre el salto al agua, a la
coincidente con la ruptura del ayuno. Previsto y conseguido.
Justo cuando los musulmanes daban los primeros sorbos a una
reconfortante ‘harera’ en la parte española del Tarajal, el
movimiento en el lado marroquí era evidente. Los destellos
de los furgones de la Gendarmería y las trazas que marcaba
la patrullera marroquí de donde partió una embarcación
lanzadera, hacía vislumbrar la posibilidad de algún intento
de los inmigrantes. Así fue.
Mientras las unidades de tierra de la Gendarmería
controlaban a varias decenas de irregulares subsaharianos
(fueron 40), justo en la misma carretera de la rotonda
posterior al paso fronterizo, los servicios marítimos iban a
la captura de siete inmigrantes que habían logrado hacerse
al mar. Todo ello bajo la atenta mirada de la Guardia Civil.
Tres vehículos llegaron lanzados hasta el Tarajal, mientras
que en escasos cinco minutos, la semirrígida de la
Benemérita ya se había apostado en el límite español de las
aguas.
La presión es evidente ahora en la zona más al norte de
Marruecos. Las autoridades marroquíes, ahora sí y también
por mar, colaboran estrechamente con las españolas para
frenar la inmigración. Los contactos bilaterales comienzan a
dar sus frutos.
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