Ceuta no iba a ser menos que el
resto de España donde van llegando cientos y cientos de
jóvenes de todos los países unidos por el mensaje común que
dictara hace ya 2011 años (hay que ver como pasa el tiempo)
un chico judío llamado Jesús, ojito derecho de su Madre
Santa María y del mismísimo Dios Padre Todopoderoso. Y a
esta piel de toro cristiana y mariana llegará nuestro Papa
Benedicto, teólogo, filósofo y escritor, para reafirmar de
nuevo y como será por los siglos de los siglos esas
enseñanzas cristianas del gran yogui del Jordán a las que
guardamos y nuestros arquetipos siempre han guardado, al
menos desde el año I, monolítica fidelidad.
Por eso acuden los jóvenes miles de chicos y chicas para
mostrar y demostrar su fe en Cristo y en la Palabra que late
ahora con mayor vigor, más cargada de contenido y con un
significado infinitamente más trascendente. Ceuta es hoy una
ciudad privilegiada porque acogerá a un grupo de peregrinos
que retornan desde su Patria a su Madre Patria y con quienes
lo compartimos todo: idioma, costumbres, ancestros y
creencias. No llegan sino que regresan porque seguro que la
mayoría de ellos pierden, como todos nosotros, sus orígenes
en Atapuerca y nos unen unos lazos intrínsecamente fuertes,
lazos de acero derivados de un pasado común. Es una ocasión
jubilosa, no diré de hermanamiento porque ya somos hermanos
de sangre y hermanos en Cristo, sino de reencuentros. Los
cristianos del mundo no nos conocemos sino que nos
reencontramos en algún lugar de nuestro camino hacia Dios.
¡Que enorme ilusión el recibirles y presentarles a nuestra
Virgen Morena! ¡Y como estará de nerviosa Santa María de
África ante la visita de sus hijos, esos que vienen a verla
desde la otra orilla de los mares! De hecho se diría que
todos los mares del mundo están benditos por el signo de la
Cruz, porque por el mar llegaron desde Tierra Santa los
discípulos de Santiago con el féretro del Apóstol, por el
mar llegó a las Américas la voz de Cristo y navegando llegó
a nuestras costas la Virgen de África para instalarse en
estas tierras, que se le montase un Santuario “ad hoc” capaz
de relamer los últimos rayos del sol poniente y reinar sobre
el corazón del continente africano. Que voy que vengo, los
cristianos andorreando por el mundo cargaditos con la cruz o
blandiéndola para dar mandoblazos que es mejor aún.
¿Conocerán estos jóvenes que regresan nuestro común grito
multisecular de “Santiago y cierra España”? Deberían, es
más, seguro que lo llevan pegado al ADN con el pegamento de
la memoria genética. ¿Y vestirá la Virgen marinera su
maravilloso y simbólico manto de reminiscencias históricas
de las grandes ocasiones? Por supuesto ¡Y a ver esos
arreglos florales! Que ya se sabe que el incienso del
corazón de nuestros templos perfuma más y mejor cuando se
entremezcla con la esencia de los nardos y de los claveles
reventones. Flores y ofrendas florales es normal que los
chicos y chicas no traigan desde Venezuela, por el control
de los aeropuertos y por la distancia, pero apuesten algo a
que traen con ellos las mochilas llenas de música y de
canciones para celebrar a la Reina de África y embelesarla y
con lo seriecita que aparece siempre mirando a su Hijo,
acabará, también como siempre, sonriendo ante la emoción del
momento. Se comenta por toda la ciudad que la Santísima
Virgen está que no duerme de las ganas que tiene de tener
ante su presencia a los venezolanos ¡Se la ve de alegre! Y
nosotros aún más, porque acoger a estos hermanos que han
traspasado los mares y que en poco tiempo se unirán a la
inmensa manifestación de fe dirigida por Su Santidad el
Papa, es un honor de primer orden. Estos chicos y chicas son
personas extraordinariamente principales y muchos les
preferimos, con su felicidad, su devoción y sus mochilas, a
cualquier miembro de cualquier realeza. De hecho pienso que
en Ceuta no necesitamos ni realeza, ni nobleza, ni
aristocracia porque ya estamos gobernados por una Emperatriz
de los Cielos y encima Emperatriz electa, que no impuesta ni
apañada por mor de la cuna. No. A esta Virgen que reina
sobre todos la hemos escogido votando con el alma y ese tipo
de sufragio democrático es el más relevante que pueda darse
en cualquier sistema político. Aquí nobleza, tronío y
poderío sobran y las familias que recibirán a los jóvenes
dan muestra de que también vamos sobrados de hospitalidad y
que se nota que somos discípulos de Jesús el judío porque
nos queremos y a esas afinidades afectivas se unen
coincidencias de arquetipos.
Bienvenidos hermanos que regresáis a los repliegues del
inconsciente colectivo desde nuestra cristiana Venezuela a
vuestra cristiana España compartiendo un mismo idioma en el
que rezar y una misma Cruz a la que seguir y cuando os
marchéis desearíamos que llevarais con vosotros nuestras
manos en vuestras manos, la luz de nuestra hora violeta y la
bendición y la sonrisa de Santa María de África. Por cierto
¡Veréis que linda esta la Virgen cuando sonríe! ¡Y qué
morena! ¡Y qué guapa!.
*Dedicado a Antonio Gómez que me enseñó a “sentir” la
sonrisa de Santa María de África. Gracias.
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