Muchos son los centros ceutíes que participan en los
numerosos programas educativos que el Ministerio de
Educación tiene en marcha. Uno de estos programas es el que
se desarrolla en verano bajo el nombre ‘Pueblos
abandonados’, donde se contempla varios ámbitos de trabajo
como la educación ambiental y el reconocimiento del
importante papel que juega el medio ambiente en la vida de
las personas y en el desarrollo de la sociedad. Este se
viene desarrollando en turnos de verano del 6 de julio al 5
de septiembre en Búbal, Granadilla y Umbralejo, y donde
Ceuta presente gracias a la asistencia de la alumna Cristina
Vez Rodway.
Ceuta está representada en el programa de verano ‘Pueblos
Abandonados’ gracias a la presencia de la ceutí Cristina Vez
Rodway, alumna de ESO que se ha sumado al grupo integrado
por un total de 75 jóvenes procedentes de Cádiz, Badajoz,
Madrid, Málaga, Alicante, Toledo, Valencia, Salamanca,
Cantabria, Murcia, Cáceres, Huelva, Granada, Jaén, y Teruel,
además de tres jóvenes provenientes de Italia, Alemania y
Rumanía.
Estos jóvenes se encuentran desde el pasado día 8 en
Granadilla, una localidad cacereña, que fue desalojada a
mediados del siglo XX a consecuencia de la declaración de
zona inundable debido a la construcción del Embalse de
Gabriel y Galán.
En 1980 la villa fue declarada Conjunto Histórico-Artístico,
y cuatro años después, en 1984, fue elegida para su
inclusión en el Programa de Recuperación de Pueblos
Abandonados.
La rehabilitación y recuperación de Granadilla comenzó a
partir del año 1986, en el que fue restaurado urgentemente
el castillo debido a su lamentable estado de deterioro a
causa de las lluvias.
Aunque estéticamente no es muy afortunada, la rehabilitación
de este castillo sirvió para frenar su progresiva ruina,
además de servir de excelente atalaya desde donde se puede
observar todo el pueblo y un amplio panorama con hermosas
puestas de sol.
Muchos estudiantes acuden cada año a ayudar a rehabilitar la
zona. Gracias a ellos y a muchas más personas el pueblo va
resurgiendo poco a poco, aunque todavía queda mucho para que
se terminen estas tareas de rehabilitación.
Durante la estancia en Granadilla los jóvenes trabajarán
ámbitos muy diversos de la formación como personas, basados
en aprender cada día a respetarse como personas y respetar a
la naturaleza. Valorar el trabajo colectivo como un proyecto
común en el que cada uno aporte algo y tener la atención
puesta en todo lo que les rodea para disfrutar aprendiendo,
conociendo y conviviendo.
En Granadilla intentan acercarse a la vida tradicional en el
ámbito rural. Recuperar y valorar los trabajos artesanales,
muchos de ellos en peligro de desaparecer, y revalorizar la
vida en los pueblos como vehículo de socialización sin
necesidad de grandes recursos ni tecnológicos ni materiales.
Cada día los grupos de trabajo abordan una actividad
distinta en los diferentes oficios: agricultura, ganadería,
interiores, recuperación de espacios, artesanía, tahona,
albañilería, jardinería y servicios generales.
Después del merecido almuerzo se acercan a través de los
talleres a otras actividades esenciales en el ámbito rural
como la cestería, cuero, recursos naturales, apicultura,
carpintería, medio ambiente, salud, cuentos al natural y
radio.
Finalmente, ya por la noche existe un grupo que irá
cambiando diariamente y se encarga de dinamizar las
actividades de convivencia para cargar las noches de risas,
canciones y estrellas.
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