PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 8 DE AGOSTO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Ceuta no es un CETI


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Como cada año después de la feria comienzan los controles policiales exhaustivos para impedir que los inmigrantes que han llegado desde Marruecos, accedan a la Península utilizando los camiones que transportan las atracciones. Y las horas que invierten en esta misión la Policía y la Guardia Civil son las que quitan de velar por la seguridad ciudadana y cuestan dinero al contribuyente. Y opino que todo el problema está mal enfocado porque no se trata de un tema “exclusivo” de Ceuta ni de Melilla, sino de toda la Nación. Aunque, a la altura que estamos, a tres meses de las elecciones no se va a volver a insistir sobre los fallos descomunales de la actual Ley de Extranjería, porque falta literalmente tiempo para enmendarlos, pero sí incidir sobre la conveniencia de que el Partido Popular proponga dentro de su programa electoral una nueva ley que respetando derechos, garantías y demás inventos, facilite las repatriaciones y las haga automáticas al tiempo de, tomando por ejemplo a otros países de Europa y ya no hablaremos de Australia, ampliar el plazo de los cuarenta días de internamiento y que el mismo dure lo que sea necesario para llevar a cabo las devoluciones, sin ningún tipo de excepción.

La única solución lógica mientras se tramita la nueva normativa es la de trasladar automáticamente a los extranjeros a centros de la Península ya que si continúan aquí se incumplen todas las normas y desde esta ciudad no pueden ser devueltos a sus países de origen lo que alarga innecesariamente los trámites. Lo que resulta claramente injusto es permitir que toda la ciudad se convierta en un inmenso CETI y que sigan llegando personas que no sabemos quienes son, ni de donde vienen, ni cómo son, ni si se trata de dignísimos ciudadanos de sus países o por el contrario tienen antecedentes penales o son personas peligrosas, si son honrados o son delincuentes. No sabemos nada, simplemente que entran ilegalmente, aún sabiendo la situación crítica por la que pasa España, la falta total de oportunidades, el que no hay trabajo ni esperanza de encontrarlo y sin que les importe en lo más mínimo el que sea el dinero trabajosamente ganado y sudado por los contribuyentes españoles el que paga sus gastos de manutención. Un total “por la cara” que obliga a que toda la Nación haga un esfuerzo colectivo por repartir a los extranjeros por los distintos centros de la Península y desde allí devolverles a sus países de forma automática. No es de recibo que permanezcan en ninguna de las Ciudades Autónomas porque no tenemos aeropuertos para llevar a cabo las repatriaciones y la forma de que no traten de acceder a las costas del otro lado ocultos en camiones o de cualquier otra manera es con conducciones diarias a Algeciras para que sean derivados a otros centros o directamente a Bruselas a las puertas del Parlamento Europeo y que desde allí vean si Marruecos cumple o no cumple con los Tratados a los que se compromete.

De hecho cuando Canarias sufrió la avalancha de hace unos años, acababan por embarcar a los africanos en vuelos hacia Barajas y que se las arreglara el Gobierno de la Nación. Y esa debería ser la política del Delegado de Gobierno para dejar un buen recuerdo en Ceuta, embarcar a todos los africanos y ponerles en Algeciras y que allí se apañe la Junta de Andalucía, al tiempo que habrá que plantearse seriamente y por respeto a las fatigas y dificultades que están pasando en España cinco millones de parados y otros tantos que viven por debajo del nivel de la pobreza, el facturar todos y cada uno de los gastos de los extranjeros y pasarle las cuentas a sus respectivas Embajadas ya que quienes vienen son nacionales de sus respectivos países y es a sus Gobiernos a quienes compete el atender sus necesidades y no que salgan del sudor de los españoles.

El planteamiento del tema de la inmigración es de entrada irreal y de salida muy distinto al del resto de Europa cuyos gobernantes parecen tener una visión mucho más clara y mayor respeto hacia el dinero de sus nacionales y a qué dedicarlo para que repercuta directamente en la ciudadanía. Pero también está claro el que falta muy poco para el mes de septiembre en el que el Parlamento Europeo estará de nuevo operativo y el envío de africanos desde Marruecos, como medida de presión, como burla monumental a los Tratados o como pulso a Europa, es un asunto a debatir con carácter urgente por los europarlamentarios en forma de queja oficial ante Bruselas.

¿Y la mejor manera de que los inmigrantes sigan tratando de colarse en los camiones? Que fleten barcos y que les repartan por los CETIS y del CETI al aeropuerto y de allí a su tierra. Porque ya está bien.
 

Injusta burla de la barriada del Príncipe


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

En la contraportada de un diario fechado en el día de ayer aparece un burlón artículo sobre la barriada del Príncipe en el que se aprovechaba para criticar con acidez la propuestas de un joven político al que acusan de “iluminismo insólito” por haber tratado de plantear alguna solución que sea rentable para los vecinos del Príncipe como la de “enjaretar” una especie de medina que es algo muy atractivo turísticamente. ¿Y que tiene la idea de “iluminada” o de “insólita”? Potenciar económicamente una barriada obligando a los Bancos o a las Cajas a conceder créditos blandos para todo aquel que quiera montar un negocio en la zona y que a la larga se convierta en un lugar como cualquier otro para ir a comprar o a tomarse un té no es en absoluto un absurdo, sino una muestra de confianza en los habitantes de la zona. Precisamente hablar de “iluminación” en un país como España en el que, al alcalde de la ciudad de Málaga se le llenaba en su día la boca anunciando, ante el horror de la población, que quería convertir la capital de la Costa del Sol en una “ciudad de rascacielos” rezumante de hormigón y de ladrillos, o el alcalde madrileño Ruiz Gallardón tuvo la peregrina idea de talar los árboles centenarios del emblemático Paseo del Prado para que pasaran más coches (la baronesa Thyssen llegó a encadenarse al arbolado con los ecologistas y cientos de madrileños para abortar aquel horror), en resumen hablar de “iluminación” en el país del pelotazo del ladrillo porque un joven socialista se ilusione con dotar de tipismo oriental un barrio de la ciudad, es una jilipollez. ¿Y por qué no? Burla tras burla el artículo acaba haciendo mención de las palabras de otro articulista “el destino del barrio está destinado a continuar como ghetto y refugio de forajidos, pistoleros y gentes de mal vivir”. Me parece excesivo, porque en el Príncipe, como en cualquier barriada hay gentes de todo tipo, así como en las urbanizaciones más elegantes de Marbella puedes encontrar a empresarios modélicos y a mafiosos rusos, así existen vecinos normales y corrientes y existen “perlillas”. También es verdad que de cuando en cuando, raramente, se arma un alboroto, pero para alborotos, trifulcas y sacadas de pies del tiesto los que yo he tenido ocasión de contemplar por mi profesión de abogado en lugares como en la barriada malagueña de Las Castañetas, cuando llegaban los furgones policiales con los tíos de negro, entraban en los bloques y descerrajaban las puertas con las mazas ¡Pumba, pumba! ¿Y pasaba algo? Pues no pasaba nada, que metían en los furgones a unos cuantos, los vecinos liaban la que siempre lían y aquí paz y después gloria. ¿Y en las Barranquillas o Hipermercado de la droga?Esas calles sin alfastar llenas de charcos, las basuras, las ratas, los yonkis tirados por los suelos enganchados a las agujas y cuando irrumpe la policía en coche y a caballo y comienzan a tumbar puertas y paredes de las chabolas allí se lía la mundial, un zafarrancho. ¿Y las redadas en los barrios cuando se pelean los clanes y acaba la cosa en sangre y con gente con las tripas reventadas? Son cosas que pasan en la sociedad, es mejor que no pasen pero pasan y el que pasen no autoriza para generalizar ni para calificar a todo un barrio.

En el Príncipe habrán golfos y sinvergüenzas, comerciantes y trabajadores, buenas personas y malas personas, malísimas personas y buenísimas personas porque de todo hay en la viña del Señor.Allí vivía Karim Mohamed que era un hombre de Dios y le asesinaron pero sus asesinos vinieron de fuera del Príncipe. Karim Mohamed era vecino del Príncipe y los cientos de buenas personas que siguieron a su féretro también. ¿Que Carracao quiere montar en el Príncipe la medina de Fez? Pues ¡Olé tus huevos Carracao! ¡A ver si lo consigues, que eres un máquina!
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto