Estamos en Le Barcarés, población
del Languedoc-Rosellón, en la Côte Catalane (Costa catalana)
situada en una estrecha franja de tierra entre el enorme
estanque de Salses y el “Mare Nostrum”. Es una zona que en
tiempos era desértica hasta que los templarios desecaron una
zona llamada el Saladar y se asentaron.
En esta población está ubicado un curioso restaurante, el
Lydia, es un buque de 90 m reformado y que tiene hasta
discoteca y casino. Justo donde existía un famoso astillero
donde se construían las populares barcas catalanas de pesca.
Antes, empero, habíamos ido a visitar a un viejo amigo,
François, legionario francés que estuvo en Argelia cuando
los ‘pieds noirs’. Posee una inmensa finca llena de animales
pseudodomésticos.
Ya es un anciano, en el verdadero sentido de la palabra,
pero sigue estando fuerte como un roble. Nos invitó a comer
y para nuestra sorpresa hizo ‘les alimentaires’ con un cerdo
entero que puso a asar en un hogar situado en el centro de
una inmensa sala. Lo demás no lo cuento.
Entre tanta crisis, aunque en este viaje la veo ausente, los
EE.UU parece que van a entrar en recesión y ya tenemos a la
China amenazando. Se veía venir. La pacífica invasión china,
con su capital ‘producto del comunismo’, es la mejor arma
que pudiera existir.
Mientras saboreamos partes del cerdo, en una salsa cuya
composición no me quiso decir el legionario, platicamos
sobre la situación de ambos países, España y Francia. Me
responde que él pasa de todo eso, que mientras tenga su
pensión todo los meses, puntualmente, lo demás “le importa
un rábano” (“Je m’en fous”).
Sin embargo, me pregunta sobre el movimiento del 15-M (“le
mouvement 15-M remue-ménage fait à Madrid”)
Le respondo que no es solamente en Madrid, sino en todo el
país y que estoy de su parte, del movimiento, cuando tiene
razón en reivindicar soluciones a los problemas sociales.
Me comenta que eso ya pasó en Francia, en unos tiempos en
que era muy duro reivindicar cualquier cosa. Se refiere al
Mayo francés o del 68. Me relata que había regresado de
Argelia dos años antes y que pensaba establecerse en París.
Al final decidió irse al sur donde lleva residiendo cuarenta
y dos años. Estuvo presente en la revuelta, sin
entrometerse, y no recuerda mucho de lo que pasó. Prefiere
no pensar en eso.
Pourquoi ne pas vous écrire vos mémoires?, pourrait être un
“best seller” (¿Por qué no escribe sus memorias?, Podría ser
un “best seller”)
C’est que je voulais faire, mais le problème est que je ne
voulais pas jamais écrire (Eso quería hacer, pero el
problema está en que no me apeteció nunca escribir)
Quand il est revenu d’Algérie, ne vous attendez quelque
chose de la France? (Cuando regresó de Argelia, ¿esperaba
algo de Francia?)
Je m’attendais à avoir résolu certaines promesses que j’ai
faites, j’ai reçu seulement une seule médaille de Charles de
Gaulle. Je l’ai accroché en face de son uniforme. rien
d’autre. (Esperaba tener resueltas algunas promesas que me
hicieron, sólo recibí una simple medalla de manos de Charles
de Gaulle. Me la colgó en la pechera del uniforme. Nada
más.)
Etait-ce difficile de quitter le pays d’Afrique du Nord?
(¿Fue duro dejar el país norteafricano?)
Oui, il était difficile de quitter tous les biens qu’ils
avaient là-bas ... (Sí, fue muy duro dejar todas las
pertenencias que poseía allá...)
Me suelta una larga parrafada sobre el tema de la pregunta y
del que he perdido la mayor parte, no por falta de atención
sino porque es una de las muchas historias que existen sobre
los ‘pieds noirs’ y que haría el artículo inacabable.
En fin. La vida sigue, yo también. Desconecto, de momento,
para disfrutar de las limpias aguas de Le Barcarés.
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