Lunes 1
A mí me parece muy bien que quienes se dedican a la
información anden siempre tratando de hablar con los
políticos. Acudiendo prestos a todas las conferencias de
prensa que anuncian. Con el fin de que puedan ofrecer sus
mejores mensajes a los lectores. Tampoco me parece mal que
los informadores estén todo el día colgados al teléfono, que
los hay y yo les he visto, obsesionados con adular la forma
de ser de algunos políticos, por intereses propios,
cuestiones ideológicas o tendencias partidistas. Algunos
periodistas, más listos que los ratones colorados,
consiguieron un puesto destacado en el Gabinete de Prensa
Municipal, actuando de esa manera. Y hasta acabaron
recomendando a familiares suyos y que también han obtenido
la canonjía correspondiente. Ahora bien, quienes firman una
opinión, deberían guardarse muy bien de frecuentar
diariamente a los políticos. Tener acceso a su móvil o bien
salir a cenar o a tomar una copa con ellos. A mí se me pasan
los meses si hablar con los políticos. Y cada vez me cuesta
más trabajo hacerlo. No quiero, bajo ningún concepto, saber
de ellos nada que me obligue a escribir con afecto o
desafecto. Los políticos y quienes opinan deberían evitarse.
Claro que mientras en el municipio haya un periodista que
lleva poniendo el cazo desde tiempo inmemorial, porque así
lo impone quien manda, el mal ejemplo no cesará nunca.
Martes. 2
Hoy se cumplen cuatro años del fallecimiento de María del
Carmen Cerdeira Morterero. Y la sigo recordando como lo
que fue: una gran mujer. A primera vista, dada la fragilidad
que aparentaba su cuerpo, aunque especialmente atractivo,
pocos podían imaginar que María del Carmen hubiera nacido
para ser una política de muchos quilates. De ahí que con 48
años había logrado acceder a distintos cargos de enorme
relevancia en la vida pública. Murió mi estimada amiga,
siempre tan respetuosa conmigo, estando ahíta de madurez, de
sapiencia y de conocimientos ganados a pulso como concejala,
como senadora, como Parlamentaria Europea, como Delegada del
Gobierno y asesora en distintos e importantes cometidos. Se
nos fue en el preciso momento en que todos los que la
conocíamos y la queríamos, pensábamos que era la mujer ideal
para convertirse en alcaldesa de esta ciudad. Pues atesoraba
condiciones y aptitudes más que suficientes. Ya que reunía
preparación, experiencia, valentía, y don de gentes. Con su
muerte, al margen del dolor que nos causó, dejó María del
Carmen un gran vacío. En la política, por supuesto. Por lo
que me atrevo a decir, una vez más, que tardará en nacer en
Ceuta, si es que nace, un personaje político de su talla.
Miércoles. 3
Una compañera de este medio me llamó el lunes para decirme
que Hamido Abselam Mehdi había estado preguntando por
mí, porque necesitaba hablar conmigo. La compañera tomó nota
del número de su teléfono portátil y me lo dio por si me
interesaba ponerme en contacto con el hombre que, con sus
declaraciones, ha puesto en un brete a la Federación de
Fútbol de Ceuta y al Comité de Árbitros. Hablé con Mehdi y
lo cité en la redacción de este periódico, la cita era para
el martes a las doce y media. Mehdi no apareció y yo, que
estoy de vacaciones, perdí parte de mi tiempo de ocio. No
hace falta que diga que me puse hecho un basilisco. Pues si
hay algo que me irrita es la impuntualidad y mucho más la no
asistencia a un encuentro acordado. Lo cual no deja de ser
consecuencia de una mala educación. Y, cuando aún estaba
dándole vueltas al asunto, suena el teléfono y es Mehdi
quien me llama para disculparse. Y no duda en contarme la
causa por la cual no estuvo en el sitio acordado y a la hora
prometida. Así que, tras adelantarme el ex árbitro el motivo
por el que desea charlar conmigo, quedamos en vernos el
jueves. Espero que en esta ocasión Mehdi acuda a la
entrevista y con la puntualidad requerida.
Jueves. 4
Conocido es lo mucho que yo aprecio a Alejandro Sevilla.
Porque no me he cansado de divulgarlo. Y así lo seguiré
haciendo cada vez que se encarte. Hoy, por ejemplo, ha sido
él quien ha llamado mi atención, pues no me había dado
cuenta de que estaba sentado a una mesa muy cerca de la que
yo ocupaba. Y, claro, tardé nada y menos en compartir la
suya. Y tras preocuparme por su salud, que no es
precisamente de hierro, hemos charlado de todo un poco.
Alejandro, por haber vivido tanto y de manera tan intensa,
ha llegado a la conclusión de que está liberado de casi
todo. Por no decir de todo. Y da gusto conversar con él.
Aunque yo haya crecido entre jesuitas, curas a fin de
cuentas, puedo decir que sólo he mantenido muy buenas
relaciones con dos: Bermudo de la Rosa y Alejandro
Sevilla. Por cierto, hoy saqué yo a relucir el asunto
concerniente a Pedro Gordillo. Y AS, tan dado a
escuchar atentamente a los demás, me dejó opinar cuanto me
vino en gana al respecto. Y le dije que sigo pensando igual
que el primer día: si Pedro Gordillo, temeroso, en su
momento, ante el escándalo que se había formado por lo suyo
con una mujer, no hubiera dimitido, aún estaría siendo el
hombre todopoderoso que era en el Gobierno y en el partido.
Se dejó amedrentar por lo del vídeo, le pudo el miedo, y
salió corriendo. Mientras sus enemigos se frotaban las manos
de placer. Ojalá que salga bien librado de un embrollo que
huele a chamusquina por los cuatro costados.
Viernes. 5
En su momento dije que las autoridades melillenses no
pondrían en peligro la continuidad de la Unión Deportiva
Melilla, a pesar de la crisis económica. Es más, no me corté
lo más mínimo en predecir que el equipo sería subvencionado
cuantiosamente. Pues bien, ayer leyendo InfoMelilla.com,
página digital, supe que el Patronato de Turismo ha
invertido 350.000 euros en el equipo. Dinero que habrá que
sumarle a la subvención municipal. Con lo cual el primer
equipo melillense podrá afrontar la temporada con mucho
desahogo económico. El patrocinio, el primero que se produce
entre ambos organismos, hará posible que en la vestimenta
del Melilla aparezca el logotipo del Patronato y el nombre
de la ciudad. Se nota, como me ha dicho un amigo, que en
Melilla no hay ningún Aróstegui que sea capaz de
meterle las cabras en el corral a Juan José Imbroda.
Sábado. 6
La fundación del español urgente recomienda no abusar de la
palabra “tema”. Lo cual fue publicado en este periódico,
fechas atrás, en la contraportada y a la izquierda de donde
servidor escribe. De manera que inmediatamente pensé en
Fernando Lázaro Carreter. Y lo mucho que sigo
disfrutando de la lectura de sus libros: “El dardo en la
palabra” y “El nuevo dardo en la palabra”. Publicados en
1997 y en 2003. Libros que deberían tener siempre a mano en
la mesita de noche o debajo de la almohada quienes están
obligados a expresarse en público por la labor que
desempeñan o bien viven de la palabra hablada o escrita.
Libros por los que se llega a tener particular aprecio y
que, por tanto, se consultan y se hojean a menudo. Con fines
claros: aprender a manejar el léxico español y, de paso,
divertirse con la forma de enseñar del maestro Carreter. El
tan manido “tema” ha sustituido a asunto, voz a la que ha
desplazado, pero también a muchas más: expediente, cuestión,
proyecto, negocio, propósito y tantas otras que apenas si
cuentan con coincidencias significativas entre sí ni con
tema. En estas condiciones, dice el maestro Carreter, si tal
sustitución resulta posible, es porque el contenido
semántico de todas ellas tiende a cero, a no ser nada. Pues
bien, lo mismo que tema ha acabado con asunto, qué decir a
nivel de, horrible sucedáneo preposicional que ha hecho
posible que desaparezcan las muchas preposiciones que
conviene ser usadas. Verbigracia: ¿Por qué decir algo tan
ordinario como que el asunto se debatirá entre ministros,
pudiendo afirmarse hermosamente que será debatido a nivel de
ministros? La ironía del maestro Carreter, más bien
sarcasmo, se hace presente en sus libros cuando nos recuerda
que un cura se permite el lujo de decir en una homilía que a
“nivel de novios”, cuando convenía decir entre novios. En
fin, que a nivel de ha triunfado ya plenamente y se oye
decir por doquier en boca de afamados personajes de la talla
de Belén Esteban, de locutores de radio, de
periodistas capaces de recordarnos que “La huelga es a nivel
de ferroviarios”, que “Casillas falló a nivel de
salida” o que la corrida falló “ a nivel de picadores”. Y
tiro porque me toca.
A propósito de Belén Esteban (al margen de las patadas con
las que mortifica al diccionario cada vez que interviene la
“Princesa del Pueblo”, de sus gritos destemplados,
recordándole a toda España cómo Andreíta no recibe el
afecto debido de su padre y otras lindezas correspondientes
a su cometido de bufona nacional), ha dado en la manía, de
un tiempo a esta parte, de hacer uso y abuso de un lenguaje
corporal que se ha convertido en una joya (!) erótica de
mucho calado. Se trata, por si ustedes no se han percatado
ya del asunto, de cómo BE, con gesto automatizado, se coge
las tetas con ambas manos en un intento de subírselas. Como
si presintiera que en cualquier momento éstas pudieran
descolgárseles hasta lo indecible. Lo cual unido a la
variedad de visajes grotescos que saca a relucir en cada
escena, la están llevando, sin prisas pero sin pausas, hacia
el camino de la impopularidad. Pues el pueblo, tan amante de
lo ordinario, de lo vulgar, de lo chabacano, llega un
momento en que termina asqueado de verse continuamente
reflejado en el espejo de la madre de Andreíta. Bueno, diría
ella apoyándose en tan horrible muletilla: “Eso me lo paso
yo por el mismísimo”. La Belén es ya esperpento caducado.
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