Estamos en Théza, población del
Languedoc-Rosellón, donde acudía con regularidad algunos
fines de semana, hace tiempo, parando en el chalet de un
buen amigo mío cargado de hijos, como yo, para disfrutar de
la vida con el ruidoso fondo de la algarabía de los
chavales.
Es un pequeño pueblo sin nada relevante pero con un ambiente
de calma que consigue desenchufar a uno de sus células
grises.
Mi amigo ya no vive aquí, en Thèza, regresó a España después
de años y años trabajando para los franceses, aunque sus
seis hijos siguen.
Vamos a las larguísimas playas de la costa donde mueren los
Pirineos y donde el viento domina a placer toda la zona
levantando remolinos de fina arena que, si te descuidas, se
cuela por los ojos. Es la playa de Argelés-sur-Mer,
población fundada por Hércules según la leyenda y legada al
condado de Barcelona según la historia.
Esta población está marcada en la historia por ser el lugar
donde miles y miles de españoles republicanos fueron
confinados por los franceses. Recorremos el lugar, es la
playa del límite norte, y no puedo dejar de pensar en la
imbecilidad humana.
Desde la abadía de Vallbona, gracias al portátil, conecto
con el mundo en un momento en que hago una pausa en mi
descanso mental.
Al lado, un anciano francés se queja de fuertes dolores en
la pierna. Me cuenta que sufre una tendinitis, algo habitual
en personas mayores y deportistas, y que por culpa de ella
no puede recorrer como le hubiera gustado toda la belleza
del sur de Francia. Es de Lille.
Le cuento que el rey de España, mi país, sufre una
disminución de la vascularización de los tendones…, creo que
no me ha entendido por lo que le aclaro que también tiene
tendinitis.
Se va, con ayuda de un bastón, orgulloso por estar en
igualdad de condiciones que Juan Carlos.
Mientras el rey finaliza sus vacaciones con una bota
ortopédica, en Madrid los ‘indignados’ demuestran que,
forzosamente, hay que contar con ellos.
Esta vez Rubalcaba, que ya no manda, mete la pata al
mencionar que son 200 y que la policía actuó bien. ¿A qué
juega éste hombre? ¿a ganarse los votos de la extrema
derecha?
Creo que no piensa que es simplemente un candidato electoral
y que lo que diga será utilizado en su contra por sus
rivales en momentos inoportunos.
Bueno, dejemos la política, por ahora.
Hace mucho calor aunque Helios anda jugando al escondite y
Neptuno está terriblemente encolerizado, supongo que por la
crisis que no lleva turistas a su reino, y cada manotazo que
da levanta las aguas unos metros. No es aconsejable bañarse,
como no sea en la bañera del hotel.
Verdaderamente no entiendo a mi país, algunas cosas de mi
país, donde la gente gasta sus buenos cuartos en mensajes a
las tele-basuras. Le dan mucha atención a los tejemanejes de
un grupo de caraduras, siempre los mismos, que sacan los
trapos sucios e inanes de todos ellos y de unos cuantos
ajenos pero que juegan de buena gana.
Comprendo que tengan que ganarse la vida y, supongo, que
alguien pretenda desviar la atención de los auténticos
problemas… pero hacer cosas que sólo ocurren en cierto país
latino-americano, no escribo de las islas paradisíacas y
robinsonianas, y que tienen como ‘mano ejecutora’ a una tal
Laura, me produce verdadero asco.
Lugar digno de que sea invadido por las comadrejas, no por
las comadres.
Que ocurra en aquel país lo comprendo, pero que ocurra
aquí…, seguiremos siendo la gente de abajo de los Pirineos.
En fin. La vida sigue, yo también. Esperando que llegue el
día en que pueda estar en igualdad de condiciones que
nuestro monarca constitucional. Me refiero a la salud,
porque lo otro en nuestro país es realmente imposible.
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