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OPINIÓN - DOMINGO, 7 DE AGOSTO DE 2011

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

La forma de vestir
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Es difícil, en los momentos que vivimos, marcar una línea clara y casi única, en la vestimenta, para ser elegantes, para ser clásicos o para ser progres, pero de la progresía barata.

Y a estos, muy especialmente, me tengo que referir hoy, por algo que hace pocos días me sucedió, con una de mis camisas, mejor dicho niki.

No me duelen prendas en decir, sin ser de ninguno de los extremos, que me gusta cuando en alguna de las prendas que me pongo aparece la bandera española.

Ser seguidor y acérrimo defensor de la bandera de España se convirtió, especialmente el pasado año, en la moda de todo el verano de 2010.

La Selección Española nos había cautivado a todos y portar nuestra bandera ya no era una cosa de simples “fachas”, sino de españoles de todas las tendencias y con todos los derechos.

Eso me agradaba, porque para mí la bandera, la que es de todos, es el símbolo de la verdadera unidad, sin pararse en memorias históricas o en otras idioteces que gustan mucho a la seudo progresía de ciertos ámbitos.

Iba yo tan tranquilo con mi niki blanco y su lagarto como distintivo de marca, pero con los colores de la bandera española en el cuello y en las mangas, cuando se me acercó un conocido, hasta entonces casi amigo y me dijo:”¿Cómo eres capaz de llevar eso?”. En principio no caí a lo que se refería y yo, totalmente inocente, le respondí:” es nuevo, no creo que esté manchado”, pero él yendo al grano me insistió:”No se trata de eso, sino de la bandera facha que llevas”.

No pude resistir el primer impulso:”Los hijos de puta califican a los demás de lo que ellos quisieran ser”.

La conversación, fuera de esto, no subió de tono y mucho menos cuando yo le decía que lo puramente discutible hubiera sido llevar las marcas convencionales o trasnochadas, depende de para quien, como la hoz y el martillo, las enseñas del Vaticano, el capullo del PSOE o las siglas del PP, por ejemplo.

A todo eso se le podría poner algún pero, por parte de quienes no comulguen con esas ideas, pueden ser símbolos muy queridos o rechazados, según por quien, pero con respecto a la bandera, sólo aquellos que no saben distinguir entre lo propio y lo ajeno, o aquellos que se quieren ir apartando de lo que les pertenece, pueden rechazarlo.

A partir de entonces, como me va la marcha en ese sentido y como sé hacia qué partes les molestan ciertos colores y sus emblemas, he procurado hacerme con más de un niki de estos, para siempre tener de reserva y para que mi ex amigo, y ahora, tan sólo, conocido rechine lo dientes, desde su progresía mal entendida.

Y que conste que haría lo mismo si un día alguien de la otra parte criticara que uno llevara un jersey o una cazadora roja, cosa que, también, molesta, pero a los del signo contrario.

Y es que yo me resisto a tener que vestir con el uniforme que alguien, desde sus colores, me marque para ahora y para el futuro.

Las casas de moda, cada año, buscan y tratan de promocionar unos colores en sus pasarelas, pero esos colores fuera de la pasarela pueden atenuarse mucho, o incluso cambiarse, sin marcar la moda que todos tengamos que seguir.

A partir de ahora y muy especialmente en la época de verano, desde mayo hasta octubre, en más de una ocasión vestiré “con la bandera a cuestas” en el cuello y las mangas de mis nikis, sin importarme un bledo que eso moleste a los progres baratos.
 

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