Con los fuegos ratifícales, de
esta noche, se pondrá punto y final a la feria del 2011. Una
feria donde la crisis que estamos padeciendo también ha
dejado sus huellas, sobre todos en esos días intermedios
donde se han dado cita pocas personas en el recinto ferial.
Ahora, eso sí, los días puntas la feria ha estado a reventar
lo que, sin lugar a dudas, ha dado un respiro a los
feriantes.
La novedad este año, en el recinto ferial, ha sido el hilo
musical al que estaban conectados todas las casetas, sonando
en las que estaban acogidas a ese hilo musical, las mismas
sevillanas y rumbitas típicas de las ferias de Andalucía,
hasta la dos de la madrugada, en que el hilo musicales
cortaba y cada uno podía poner la música que le viniese en
ganas. La pregunta es ¿Se ha acertado al poner el hilo
musical o ha sido un error?.
Desde mi personal e intransferible punto de vista, cada uno
piense lo que mejor le venga en ganas, ha sido todo un
acierto. Primero porque hasta las dos de la mañana que es
aproximadamente la hora en la que la juventud empieza a
llegar a las casetas que tiene otra clase música más propia
para la juventud actual, no afectaba para nada a las casetas
de la juventud, el mantenerse conectado al hilo musical
hasta las dos de la mañana, que es el momento, en que sus
casetas se llena de gente joven.
Segundo y de una gran importancia que ese hilo musical ha
permitido que usted pueda bailar pero, al mismo tiempo que
pueda hablar, mientras cena o se toma una copa, sin que se
tenga que desgañitar alzando la voz para poderse entender
con quien tiene a su lado.
Seguro, y lo entiendo, que habrá muchas personas que no
estén de acuerdo con ese hilo musical que les obliga a
escuchar en todas las casetas las mismas canciones cuando
algunos de esos caseteros, podrían alegar tener canciones
mejores, según su punto de vista, que las que les reportaba
el hilo musical.
Siempre he opinado y voy a seguir opinando que todas las
opiniones, vengan de donde vengan, son igual de respetables.
Además, como decía la sabia de mí abuela: En la variedad va
el gusto”.
Pero eso de no contar con el hilo musical, tiene su parte
buena y su parte mala. Buena, en cuanto cada uno puede poner
la música que le venga en ganas en su caseta, sin que nadie
le diga lo que tiene que escuchar.
Su parte mala es que como todos, y el que esté libre de
pecado que tire la primera piedra, quieren que la música en
su caseta sea la que más fuerte suene sin tener en cuenta,
para nada los decibelios que, precisamente, son los que no
dejan hablar, y si a usted se le ocurre hablar tiene que
hacerlo a voz en grito, lo que supone un gran esfuerzo y
molestia al cliente que tomándose una copa y unas raciones,
quieren charlar un rato con los amigos. Clientes que, por
supuesto, hay que tener en cuenta.
En fin, desde mi opinión, voto por el hilo musical, siempre
respetando todas las opiniones aún cuando estas sean
contrarias a la mía.
¡¡ Como dijo aquel: ¿La feria ha muerto. Viva la feria!!.
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