El espectáculo de pirotecnia puso el broche de oro a las
fiestas patronales ceutíes. Hubo dos avisos en forma de
cohetes para que nadie se los perdiera. Este año, los
ciudadanos pudieron disfrutar con nitidez de los colores, ya
que los fuegos artificiales regresaron al pantalán, después
de que el año pasado fueran ubicados en Santa Catalina.
A las 23.45 horas se dio el primer aviso, un cohete rompió
en el cielo y anunció que sólo faltaba un cuarto de hora
para que diera comienzo el espectáculo de fuegos
artificiales con el que se pondría el broche de oro a la
Feria de Ceuta. Cinco minutos antes de la medianoche, la
organización (la empresa ‘Ricasa’, procedente de Valencia)
volvió a lanzar un cohete con el que apresurar a los
rezagados. Ya a las doce en punto todos estaban en el
recinto ferial para contemplar el espectáculo de pirotecnia
que este año regresó al pantalán.
El presidente autonómico, Juan Vivas, acompañado de la
consejera de Presidencia y Gobernación, Yolanda Bel, y del
subdirector general de Festejos, Salvador Jaramillo, entre
otros de los miembros de su Gobierno, contemplaban el
espectáculo desde la Portada.
En la mirada de los caballas, tanto de grandes como de
pequeños, se pudo observar el destello de unos fuegos con
los que el cielo se disfrazó de colores durante algo más de
quince minutos.
Este año, los ceutíes pudieron disfrutar con nitidez del
espectáculo, ya que los fuegos artificiales regresaron al
pantalán, después de que el año pasado fueran ubicados en
Santa Catalina. Una localización que impidió que los
ciudadanos que asistieron al recinto ferial pudieran
disfrutar de la exhibición, ya que la explosión pirotécnica
apenas se podía ver en el cielo.
Policía, Bomberos, Cruz Roja y demás personal especializado
velaban por que se cumpliese el Plan de Seguridad que
garantizaba que las tres sesiones de cohetes se lanzaran sin
peligro. En total, unas trescientas carcasas de colores:
petardos, fuegos en abanico, repeticiones... Tras la traca
final, la Feria se despidió hasta el año 2012, cuando los
feriantes vuelvan a la ciudad, las casetas se instalen con
sus mejores galas y los ceutíes salgan a la calle a celebrar
la festividad de su Patrona, la Virgen de África.
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