PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - JUEVES, 4 DE
AGOSTO DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
Bienvenidos al Tarajal & a
la eficacia Policial |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Y no es un decir porque desde que
los vecinos y perjudicados utilizaron las páginas de este
periódico para denunciar la insufrible situación de
inseguridad existente en la frontera por la actuación de una
banda de delincuentes, comenzaron los cacheos por parte de
la Policía Nacional y los comerciantes dicen que han notado
una mayor presencia de agentes y una recelosa dispersión de
la banda. Pero aportan más detalles y dicen que las horas de
“actividad” vienen a ceñirse de 18 horas a 22 horas, por la
mañana no suelen ni atracar ni asaltar porque hace calor. De
hecho, a primera hora de la tarde la banda desciende
jubilosa por las escaleras existentes junto al estanco y van
reuniéndose en la playa que está justo en la frontera por
detrás de la parada de autobús, para refrescarse, tomar un
refrigerio y coger fuerzas para delinquir. Más tarde, ya
fresquitos y dispuestos, en chanclas y bañador y sin tomarse
la molestia de ponerse una camiseta por dos razones: 1º
Seguir bronceándose.2ª Que la víctima no tenga por donde
agarrarles cuando pegan los tirones; en resumen, ya
reconfortados por el baño y la merienda, se sientan sobre el
murete que está tras el cartel de “Bienvenido a Ceuta” y se
van desperdigando para detectar a las víctimas. Al estar
ubicados oficialmente frente a la acera donde se encuentran
los cambistas, tienen una buena panorámica de los trajines
del dinero, de si los coches que pasan y se detienen llevan
o no las ventanillas abiertas y de si quienes pasan a pie el
puesto fronterizo lo hacen con bolso, bolsa o mariconera.
Hasta ahora cuando han pasado policía o guardia civil, ni se
han inmutado, saben que tienen en las escaleras una
rapidísima vía de escape mientras que no instalen vigilancia
en la propia subida. Y por la amabilidad policial ceutí se
han venido librando de ese hecho tan habitual (digamos
diario en diferentes puntos de las ciudades) de que lleguen
un par de coches policiales, griten “¡Esto es un control!” y
la gente se quede paralizada para buscar al instante y de
forma afanosa las documentaciones a exhibir. Y nadie pía.
Porque si hay controles selectivos es porque los ciudadanos
los reclaman de forma insistente y no les importa perder un
buen cuarto de hora mientras los policías cachean los DNI en
los ordenadores de los coches a ver si hay alguien pendiente
de reclamación, es más, los ciudadanos hacen comentarios
tipo “Eso es lo que tienen que hacer los guardias, controlar
y quitarnos a la chusma de las calles” “Ea, que se ganen los
guardias el sueldo que muy buenas pagas que tienen”. En la
Península si no hay controles el personal se queja y dice
que la policía se está “rascando los huevos” y “quitándole
la calle a los honrados para regalársela a los criminales”.
¿Y que pasa con los “malosos” en los controles? Que como no
suelen ser personas de orden se dejan los DNI en sus casas y
acaban retenidos en comisaría hasta que se les documente. Y
eso les jode porque les quita de las calles. ¿Y que pasa con
los de “las motillos”? Controles para papeles y seguro y
para permisos. Si hay algo, aunque sea una coma, que no esté
en regla, llega la grúa camión y se lleva la moto y luego
para recuperarla es un calvario, así las criaturas que
utilizan sus motos para desplazarse a hacer fechorías se ven
obligados a ir a delinquir en autobús y eso les desagrada
mucho. Sobre todo porque en los autobuses también hay
controles. En la Península la gente vive con el dedo pegado
a los números de teléfono de la policía para “denunciar”
¡Que les gusta denunciar a los joíos! Si ven a uno con malas
pintas llaman y comunican su sospecha de que puede estar
preparando un robo, si pasan unos moterillos peláos llaman y
denuncian que de fijo que van zumbando por la carretera ¡sin
seguro! y que también van a robar, cualquier movida o
movimiento que se salga de lo habitual hace sonar las
alarmas en las mentes de la quemadísima ciudadanía y al
tiempo suenan los teléfonos en comisaría. Es lo normal
cuando los delitos han sufrido tal escalada que todos los
ciudadanos nos encontramos plenamente concienciados de que
“vamos a recuperar” las calles y para ello hay que trabajar
codo con codo con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del
Estado.
Y aquí en Ceuta, la inusitada iniciativa de testigos y
afectados, de llamar denunciando lo que ha venido
aconteciendo en el Tarajal de mano de una banda de
delincuentes “despelotados” que entre robo y robo se pegan
un refrescante chapuzón, ese insistir en denunciar y pedir
que “les quiten de ahí” y hacerlo subrepticiamente por miedo
a las represalias. Y el que los vecinos, afectados y
transeúntes que les observan con inquietud desde la parada
del autobús agarrando con fuerza sus pertenencias ya no se
conformen, es un buen precedente y una clara muestra de que
la ciudadanía no quiere que los indeseables les expulsen de
las calles y les hagan vivir en estado de alerta, temerosos
de ser agredidos y robados. Por el Tarajal ni pasan jeques
árabes con guardaespaldas, ni políticos con escoltas, ni
acaudalados empresarios con seguridad. Quienes pasan, van,
vienen, se paran, cambian, llevan y traen compra, regresan,
llegan, son gente trabajadora o viajeros, sin más protección
que la que la policía les puede brindar. Que no es poca.
Porque cuando se ponen, se ponen y son peores que un nubláo
y si se les mete en los cojones pillar a la banda y
mandarles a tomar el sol en bañador y chanclas al patio de
Los Rosales seguro que lo consiguen.
¿Los del Tarajal? me refiero a la gente que pulula por allí
andan “sobrados” y ufanos porque van a lograr limpiar la
frontera de maleantes y sienten que su opinión vale y que
les hacen caso. ¿Y la banda de los despelotados? pues para
mí que todavía no se creen que decir Tarajal signifique
decir “eficacia policial” y que ese estado de cosas les
pueda llevar a veranear en el hotel La Reja.
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La indigerible superchería
de la “ igualdad” |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Para quienes viven hipócritamente
apalancados en el almíbar del “Lourdes lingüístico” que
viene a significar “obligatoriedad del pensamiento único”,
el pontificar sobre la “igualdad” es coletilla de obligada
referencia dentro de la buenista dialéctica de “dar la
imagen solidaria”. Pero la parafernalia del caduco marxismo
con su polvoriento discurso de “el pobre y el rico” es algo
ampliamente superado en Occidente donde hace ya muchos
lustros que las escuelas son gratis, la educación está a
disposición de todos y las bibliotecas existen, ahora bien
lo que marca las diferencias y fractura “la igualdad” es la
manera en la que cada cual utiliza las posibilidades y las
oportunidades que tiene a su alcance, así existen quienes
las desaprovechan y los hay que se parten el culo por
aprender. Son actitudes “distintas” y ahí no cabe la
exigencia de que exista “igualdad” porque no se puede regir
la naturaleza humana por ordenanzas y reglamentos, ni porque
le salga de los cojones a los profetas del “igualitarismo
políticamente correcto”. Así, hasta que no se decrete el
clonar a los individuos para eliminar las diferencias,
siempre existirán tontos y listos, trabajadores y gandules,
malos y buenos, inútiles y operativos e incluso prevalecerá
la más espantosa de las distinciones que es la que se da, en
toda su crudeza, entre guapos y feos. Ahora que me indiquen
los “espíritus puros” cómo se borran las evidencias y cómo
se da “carta de naturaleza” a la prohibición expresa de que
se prefiera antes a una tía buena que a un “cayo malayo”.
Rectifico, se puede “obligar” a base de multar a quien
prefiera a las beldades antes que a los adefesios y castigar
a los maestros por dar malas notas a los gandules y buenas a
los trabajadores, también perseguir a los tribunales
examinadores por premiar la excelencia y legislar sobre que
tiene tanto derecho a ser neurocirujano un genio de la
medicina como un individuo que suma y resta con
dificultades.
La igualdad es imposible porque la diversidad es intrínseca
al ser humano. Incluso la tan manida “igualdad de
oportunidades” es despiadadamente discriminatoria porque
siempre habrá pitagorines que las cacen al vuelo y tíos
flojos a quienes no les interese esforzarse. ¿Y cómo obligar
a que los seres humanos tengan idéntico temperamento? Sí,
cuentan que en los grandes experimentos secretos se trajina
con implantar “chips” en el cerebro para controlar
mentalmente a la ciudadanía, pero para desgracia de los
gilipollas del “Lourdes lingüístico” el tema de “fabricar”
generaciones de seres aborregados que piensen, hablen,
sientan unitariamente y tengan igual coeficiente
intelectual, está en mantillas y es más bien asunto de
ciencia-ficción y paranoia de conspiranoicos. ¿Y no es la
diferencia de CI coeficiente intelectual una de las más
brutales desigualdades que puedan darse entre individuos? ¿Y
no es injusto el que existan doctores en química y tipos que
no han logrado sacarse ni el Graduado Escolar? Injusto y
discriminatorio, amén de profundamente “incorrecto” ¿O es
que la persona a la que la naturaleza haya otorgado un CI de
50, no tiene idéntico derecho a ser investigador bioquímico
que un tipo con CI de 145? Es más ¿Y por qué el hijo de la
grandísima puta tiene un coeficiente intelectual de 145?
¿Será a mala leche y por joder al que tiene tan solo un CI
50? Pues eso está prohibido y se requiere a la Madre
Naturaleza para que comparezca y sea imputada por
discriminación.
Y en la degollina de libertades que supone la imposición
coercitiva de la “corrección política” las primeras víctimas
en subir los escalones del patíbulo son las libertades de
pensamiento, de opinión y de expresión. Por ahora. Como
siempre anuncio y aviso, porque cuando el Partido Popular se
compromete a “regenerar” lo primero que tiene que irse
tomando mucho por el culo son las prohibiciones y la censura
no escrita que conlleva ese lenguaje correcto de mierda, que
nos han venido imponiendo cuatro mamarrachos a base de
tenernos perpetuamente amenazados con “acusarnos” de ser
“algo” terminado en “ista” léase “fascista” “racista”
“clasista” “sexista” y la perversidad de la dictadura de los
“políticamente correcto” ha venido residiendo en la
capacidad de perseguir con saña, lanzar anatemas, condenar
al ostracismo y crucificar a todo aquel que se oponga a la
aberración del “pensamiento único”. Nada les revelo al
afirmar que todos nosotros, durante estos años de oscuridad
hemos sobrevivido malamente en una feroz dictadura, llenos
de temor y de inquietud ante el riesgo de ser
“malinterpretados” y siempre andando sobre el filo de la
navaja con el peligro de transgredir alguna norma “no
escrita”, no utilizar “correctamente” el lenguaje y ser
brutalmente represaliados. Algo normal en un siniestro
Estado Policial regido por una izquierda ágil y eficaz tan
solo a la hora de tramar venganzas, montar macrooperaciones,
pasear a las criaturas ante las cámaras de televisión,
consentir que se vendan y se publiquen las fotos de las
fichas policiales de “sus” enemigos, utilizar a fiscales
“garantes de la ilegalidad” y acabar consiguiendo que a
todos nos repugnen ellos, sus métodos, sus manejos, sus
maldades y todo aquello que tan solo Estrasburgo será capaz
de aclarar.
Y es que los que más detestables y repulsivos resultan son
los “payasos pontificadores de la igualdad” ¿Igualdad?
¿Igual el etarra asesino sanguinario al que concedieron el
tercer grado para cuidar a su madre, que vende salud, a Juan
Antonio Roca que ha visto morir a sus padres estando él en
prisión sin haberle permitido despedirse de ellos y en
prisión sigue por un delito económico siendo el único preso
de España al que siempre le han negado todos los beneficios
penitenciarios que legalmente le pertenecen? ¿A qué político
ha tocado Roca los cojones para que “siempre” le hayan
tratado peor que a los criminales de ETA? ¿”Igualdad” en
España? Vayan todos ellos a la mierda si me hacen el favor.
Y los “redentoristas compulsivos” con su grimoso e hipócrita
discurso los primeros. Y los cobardes que temen ser
“acusados” por este atajo de hipócritas que se vayan detrás.
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