Una de las épocas más importantes,
de parte de los habitantes de nuestra ciudad.
Ramadán es un mes de ayuno para crecer espiritualmente, un
ayuno corporal y, al mismo tiempo, espiritual.
Hace dos días, la comunidad musulmana de Ceuta ha dado
comienzo a su mes más sagrado, en todos los aspectos, por
ser el período de auténtica purificación, con ayuno como
conmemoración de la revelación de los primeros versos del
Corán.
No se trata de acciones laicas, todo lo que se lleva a cabo
tiene un carácter auténticamente religioso, con una gran
profundidad.
¿Cuándo comienza el Ramadán?. Aunque para muchos no
conocedores en profundidad de estos aspectos religiosos el
comienzo lo consideran convencional, sin embargo no es así,
por cuanto su inicio se da desde la aparición de la luna
nueva y continuará durante los siguientes 29 o 30 días.
En todo este tiempo, los musulmanes están metidos en la
celebración de su mes más sagrado, el Ramadán, un período
que hay que verlo en varias perspectivas, en primer lugar de
la reflexión, luego de la purificación y por último del
ayuno. Con estos elementos básicos, llevados rigurosamente,
se cumple lo que es y lo que indica el Ramadán.
En el Ramadán se celebra uno de los contactos sagrados más
importantes, la revelación a Mahoma de los primeros versos
del Corán, por parte de Alá.
Y el ayuno es una parte, muy importante, pero no la única
que hay que seguir. Es parte fundamental de todo este
período del año para todo el que es y se siente musulmán.
Repito que es importante, pero no lo único, porque durante
todo este mes se trata de dedicar todo lo que uno posee a
Dios.
Y es que, si seguimos muy de cerca el Islam, a través del
ayuno, el hombre adquiere un mejor conocimiento de todas las
gracias de Dios, al mismo tiempo que se adquiere una mayor
compasión por los más desfavorecidos.
Hablamos de ayuno pero en su sentido más extenso, por cuanto
el musulmán tiene que abstenerse de alimentos corporales y
al propio tiempo se abstendrá de los placeres del cuerpo,
entre el amanecer y la puesta del sol, o anochecer.
Así se refuerza la fe, con la conciencia del deber y el
espíritu de paciencia. No son meras fórmulas, son auténticas
realidades.
Con el ayuno se ayuda a la persona a poner su auto control,
al tiempo que la espiritualidad ayuda a romper los hábitos
de la mentira o la pérdida del tiempo.
Entrados, aunque sea someramente, en todo esto, llegamos a
la conclusión de que Ramadán es un mes de caridad y de
bondad, si se lleva como se marca todo. El hacer excepciones
lo que aporta es una ruptura, que no conduce a nada.
Y lo estamos diciendo, ayunar es una parte del Ramadán,
porque si el cuerpo ayuna, también lo tiene que hacer el
alma. Un ayuno que se rompe de noche. Es más, el ayuno
espiritual se debería continuar todo el mes, día a día y
noche a noche.
El ayuno debe convertir su fe, con la intención de amanecer
en ayunas.
Un mes que se inicia con buenas intenciones, pero lo que
hace falta es que ese mes se guarde como se lo indican sus
leyes, no con el capricho que le dan las comodidades.
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