Las casetas ‘El Tentadero’, ‘La Calabaza’, ‘La Capea’ y ‘Los
Naranjos’ organizaron ayer la primera fiesta de la espuma de
la feria ceutí. Una actividad cuyo objetivo fue ayudar a
sobrellevar el calor a los caballas que desafiaron los
treinta grados que marcaban los termómetros en la ciudad. Al
final, no hubo quien se resistiera a meterse bajo el cañón.
La espuma y el agua se hicieron ayer epicentro del Real. A
las 15.30 horas, con el sol en su cenit y algo más de
treinta grados en los termómetros de la ciudad, comenzó la
primera fiesta de la espuma de la Feria. Sus responsables
fueron las casetas ‘La Calabaza’, ‘La Capea’, ‘Los Naranjos’
y ‘El Tentadero’. Precisamente, el dueño de esta última,
Cristóbal Obispo, contaba cómo nació la idea de organizar
esta actividad. “Por las redes sociales, la gente hablaba
del calor en la Feria de Día”, explicaba. Por ello, surgió
la iniciativa de organizar esta fiesta para refrescar a
todos aquellos que se acercaran al mediodía hasta el recinto
ferial, y además, animar a la gente a asistir a la feria de
día.
Pero antes, había que comer, y para ello se hicieron hasta
cuatro paellas con arroz para algo más de un centenar de
personas. Ya con el estómago lleno, el cañón de la espuma
empezó a funcionar y no hubo quien se resistiera a meterse
bajo del chorro de agua y jabón. Al final, sus
organizadores, aunque esperaban “algo más de gente”, se
quedaron satisfechos con esta primera fiesta de la espuma, y
los asistentes con ganas de repetir. “Ha sido una idea
fantástica para promocionar la feria de día”, aseguraban
Noelia y Ana, dos de las ceutíes que acabaron pasadas por
agua.
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