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OPINIÓN - DOMINGO, 31 DE JULIO DE 2011

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Cuando yo iba al colegio
 


Andrés Gómez Fernández
andresgomez@elpueblodeceuta.com

 

SAHIDA A.K. 51 AÑOS.

“Estudiar en el “Convoy” era garantía de éxito. Fue una época muy bonita, llena de gratísimos recuerdos. Para nosotros, los “Kaddur”, era como encontrarnos en nuestra propia casa. Junto a mí, estudiaron todos mis hermanos y algunos primos. Conseguí grandes amistades, que aún conservo. Nos vemos de vez en cuando. Esos compañeros de clase hacían posible una buena comunicación, como así mismo, el recuerdo de un grupo de excelentes maestros.”

“En el apartado de anécdotas o hechos significativos, recuerdo el que yo denominé “caso de las picotas”. Una profesora, buena ama de casa, durante el recreo se aproximó al cercano Mercado y compró unas picotas, que, confiadamente las dejó sobre su mesa, sin sospechar que algunos alumnos de la clase se las iban a comer. La verdad, que algunas dejaron, pero no las suficientes para que ella no lo notara. Al no salir el autor o autores, la maestra no tuvo más remedio que imponer una sanción a toda la clase”.

“Transcurridos tantos años sigo pensando que aquello no fue otra cosa que una travesura infantil. Quiero entender que el grupo estaba sólidamente unido, porque nadie se atrevió a delatar al autor o a los autores. La sanción impuesta no sería grave porque, en el fondo, la maestra reconocería que el hecho no tenía importancia mayor. Posiblemente, dejarnos unos días sin recreo”.

ANTONIO JESÚS A.M. 51 AÑOS.


“En mi colegio, “Convoy de la Victoria” se daban todas las oportunidades para que fuese modélico, en el aspecto de la convivencia, por la razón de que nos encontrábamos alumnos cristianos y musulmanes. En general, no teníamos problemas, quizás porque nuestras procedencias eran casi del mismo estrato social. En este ambiente realicé mi escolaridad obligatoria, primero, en aquella antigua enseñanza Primaria y, después, la E.G.B. Y guardo gratos recuerdos con “el acto de la Bandera”: subida y bajada con la canción del “Cara al Sol”. Alumnos y alumnas, firmes. Y el Sr. Ocaña, conserje, ceremonioso, encargado del acto, que con sumo cuidado doblaba la bandera para guardarla”.

“En el último curso representamos la obra musical “Jesucristo Superstar”, que fue un gran éxito.. Montamos el escenario en uno de los patios del recreo. De todo el montaje nos encargamos nosotros, donde yo tuve una destacada participación. Quiero recordar que la finalidad era recaudar fondos para el viaje de fin de curso”.

“Nos visitó un Campeón Nacional de Ajedrez para realizar una exhibición con nosotros, a que una de las actividades que se realizaba en nuestro Centro era el Ajedrez. También participó un campeón local”.

FRANCISCO JOSÉ H.B. 48 AÑOS.

“Ingresé en el “Convoy” en el curso 73-74, en el 6º curso de la EGB. Yo procedía del Colegio “Cristo Rey” donde realicé 4º y 5º Curso. Yo nací en esta ciudad. Aunque de familia humilde, mis padres siempre se preocuparon de nuestra formación. Soy el cuarto de cinco hermanos. Mis tres hermanas, que eran las mayores, estudiaban o habían estudiado en el “Convoy” completando sus estudios primarios. Este fue el motivo –junto a la proximidad de mi domicilio- por el que me inscribieron en el mismo”.

“Fui un alumno adelantado, razón por la que tuve que repetir el 8º curso de la E.G.B. Así que mi estancia en el “Convoy” fue de cuatro años, obteniendo el Graduado Escolar en el años 1.977”.

“En nuestro Colegio, el “Convoy”, sólo puedo hablar bien. En aquellos tiempos donde las familias numerosas, la mayoría de ellas, no contaban con medios (ni libros, ni cuartos de estudios, ni tantos recursos a disposición de los niños, aunque mal utilizados), era fundamental atender en clase “Aprender en clase” y “enseñar” en clase. A ello se afanaban con toda ilusión el grupo de profesores que nos atendía, que se entregaban con toda ilusión. ¡ A todos ellos, mi mayor gratitud! ¡Y un cariñoso recuerdo al Sr. Ocaña, nuestro Conserje!”

MARÍA LUISA A.M. 50 AÑOS.


“Yo procedo del C.P. “Convoy de la Victoria”. Un grupo de 8º de la recién estrenada EGB. También estrenábamos uniforme. Guardo gratos recuerdos de mis compañeros y de mis profesores.”

“La síntesis de toda mi escolaridad la voy a resumir en lo que denominamos “un partido inolvidable”: “Corría el año 1975 y los alumnos y alumnas de 8º de EGB, preparábamos el viaje de Fin de curso. Entre las muchas actividades, programamos un partido de fútbol.”

“Se trataba de un encuentro entre las chicas de 8º y los alumnos de 1º curso. Al profesor promotor de la idea, se le ocurrió suplir la desventaja en edad de los equipos contrincantes, con una pequeña modificación “casi insignificante” de las normas balompédicas: las niñas iríamos atadas de dos en dos, por un pie”.

“Cuando tocó el silbato para el inicio de partido, saltamos al terreno de juego. Pero no era los mismo la teoría que la práctica”.

“El primer problema que surgió fue ver a los pequeños dominar el balón; el segundo su velocidad. Aquello se convirtió en un caos. Estuvimos más tiempo en el suelo que vertical. No recuerdo por cuanto perdimos. Recurrimos a la frase tan manida y consoladora: lo importante es participar...”
 

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