Y no por falta de ganas de
escribir, sino por la obligación de haber tenido que estar
ausente de nuestras tierras, a donde no procedía ir cargado
con el ordenador y todos los bártulos que tenemos siempre en
casa.
Ahora, de regreso, volvemos en plena feria o, mejor dicho,
en la feria recién comenzada que es la fiesta principal de
muchos y los días que rompen la normalidad de otros.
Esto es lo bonito de estos días, la feria, el jolgorio, las
”copichuelas” del mediodía y las copas, de verdad, por la
noche.
Sin embargo, la feria, las vísperas, ha traído otras cosas
no tan agradables y eso, curiosamente, se repite con
demasiada frecuencia en esas fechas, en más de un año y en
más de dos.
Eso empieza a ser el punto negro visible que hace diferente
a Ceuta, en las vísperas de su feria, y que no dice nada a
favor de nadie.
Porque los problemas, casi siempre, en las mismas zonas, en
unos terrenos dejados de la mano de Dios y que empieza a ser
complicado ya ponerlos en orden.
Digamos que esa zona, o esas zonas, han superado a nuestras
autoridades, allí el orden es muy particular y lo que hace
años se dejó por la negligencia de más de un delegado del
Gobierno, ahora ha creado “un status” que ya veremos quien
es el “majo” que lo puede poner en orden.
Desde la Delegación del Gobierno, como desde los demás
ángulos de la ciudad, es de suponer que, se intentará que
aquello no sea diferente, pero diferente ya lo está siendo e
insuperable, también.
Y es curioso, volviendo a las ferias, que para estos días,
en el ferial haya un orden especial, por cuanto a las
fuerzas normales se les añaden una serie de “armarios” con
los que nadie se atreve a rechistar, en cuanto uno se sale
del orden normal y corriente que debe haber en la feria.
Esos “armarios”, claro está, controlan la situación durante
estos días y, en honor a la verdad, hay que decir que su
trabajo es fantástico, especialmente cuando aparece por allí
algún “patoso” que trata de hacer de la feria una algarada.
Ahí no tienen compasión, en el mejor de los sentidos, y a
los que tratan de romper la buena marcha no les arriendo las
ganancias. Como debe ser.
Pues bien, aunque las cosas son diferentes ¿No se podría
recurrir a especialistas del orden de este tipo, para poner
como es debido a toda una zona que parece “la ciudad sin
ley”?. Eso cuesta, lo sabemos, pero como diríamos en el
argot taurino, policías de estos “en plazas más difíciles ha
actuado” y suelen dejar siempre su nombre como es debido y
las sociedades donde actúan, dispuestas a llevar una vida
totalmente normal.
Así empezamos, tras haber cruzado, aunque por breve tiempo,
las fronteras de nuestro país, para fuera y de nuevo a casa.
Y he comenzado así, porque todo lo que mancha el nombre de
Ceuta está manchando el nuestro propio, cosa que ha sucedido
hace muy pocos días y, repito, es un calco de lo sucedido en
algún año precedente.
Comenzaba la columna con el inicio de la feria, comenzaba
con la alegría que acarrean unos días festivos y jaraneros,
porque aquí no es sólo la fiesta, es la fiesta acompañada de
la diversión, en la semana más movida, con la copa en la
mano, de todo el año.
A los “feriantes” les deseo toda la alegría del mundo, a los
otros, a los sin ley, les deseo que la ley llegue, también,
hasta ellos, de una forma o de otra, pero que llegue, porque
la ley es de todos.
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