He dejado de creer en los llamados
“indignados”. Creo que no son más que unos chavales que de
buena fe, se están dejando dominar por las manos de quien o
quienes mueven ese guiñol porque, cada día, tengo más
seguridad que se trata de una trama perfectamente organizada
que, a fin de cuentas, será utilizada como una “quinta
columna”, contra quienes los dirigen crean conveniente. Y
con la particularidad que nadie podrá decir que, esos
“indignados”, no existían con anterioridad.
Alguien tendrá que estar pagando todo los gastos que llevan
a cabo estos “indignados”, en su marcha hacia Madrid y en
alimentarlos mientras dura toda esa marcha y la acampada
correspondiente. Pues no se sostiene la idea de que sean
ellos, los que corran con todos los gastos, cuando la
mayoría no tienen un euro en sus bolsillos.
Y cosa curiosa, nada más llegar a Madrid e iniciar la
acampada, llega de forma inmediata un camión que empieza a
repartir bocadillos. Bocadillos, por supuesto, que no los
van a pagar los comerciantes establecidos en aquel lugar a
los que les están haciendo un flaco favor con esas
acampadas, reduciéndoles las ventas y lo que es peor y que
puede llegar a darse, es que si no tienen ventas, algunos de
sus empleados sean despedidos. Cosa que tendrán que
agradecer a estos “indignados”.
Por cierto, estos “indignados”, están infligiendo la ley, en
esas acampadas, prohibiendo la libre circulación de las
personas por aquel lugar. Asunto este, de la libre
circulación de las personas, que esta recogido en la
Constitución que nos dimos todos los españoles.
Además si es cierto, que muchos de ellos son estudiantes,
cuyos padres están haciendo un enorme esfuerzo para que
tengan una carera. Lo menos que podían haber hecho, para
ayudar a sus padres, en el asunto económico, es llamarle y
decirles “papá me voy de la acampada de la Puerta del Sol a
Almería a la recogida de los ajos. Por esa recogida durante
dos eses ganaré unos tres mil euros, con lo cual, el próximo
curso, no me tendrás que dar nada para matricula, libros y
las cuatro cosas que me tengo que comprar”
Eso entraría dentro de toda normalidad, entre los
estudiantes que saben que sus padres están haciendo un
enorme esfuerzo para que terminen una carrera. Lo que
sucede, que eso de doblar el “espinazo” no va con esta
juventud que está acampada en La Puerta del Sol y que, según
dicen, quieren cambiar el mundo. ¿Cómo lo quieren cambiar,
sin dar un palo al agua, qué sean otros los que trabajen
para ellos y qué cada una haga lo que le venga en ganas?. Si
es así cómo lo quieren cambiar, Apaga y vámonos.
En una democracia, los asuntos se cambian en las urnas, con
los votos de cada uno de nosotros, quitando a aquellos que
nos han llevado a una mala situación y poniendo, en su
lugar, a quienes creamos que nos van a poder mejorar
nuestras vidas y, sobre todo, crear puestos de trabajo, para
que no tengamos que emigrar hacia otros países.
Os habéis equivocado. Los inicios fueron buenos. Lo de
cambiar al Ley Electoral, hizo que os diera mi apoyo. Pero,
desgraciadamente, os vais a disolver como un azucarillo en
el café. Tenéis actitudes que no tienen razón de ser.
Dame la manita, Juanito Luis.
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