El ataque gratuito de ayer a los
dos fotógrafos de este diario es inadmisible. Estos
compañeros realizaban su trabajo y ejercían con ello la
libertad de expresión e información, consagrada en el
artículo 20 de la Constitución Española, que recoge el
derecho a dar y recibir una información veraz. Eso es lo que
hacían los profesionales de esta casa. Fidel Raso y Reduan
Dris han sido víctimas de agresiones intolerables que deben
merecer el repudio de una sociedad democrática, pues en
democracia el papel de la prensa, ejercido en términos de
responsabilidad, es fundamental. Varios individuos se
dedicaron durante un entierro a empujar al primero, al que
causaron importantes lesiones con una acción que podría
haber tenido muy graves consecuencias, y a destrozar uno de
los vehículos del diario, perfectamente identificado con la
cabecera de EL PUEBLO DE CEUTA. Al otro compañero le
apredrearon y se hirió con los cristales rotos del coche.
Los hechos se produjeron en el sepelio de uno de los
integrantes de las Brigadas Cívicas, Karim Mohamed,
asesinado en Príncipe Alfonso el domingo. Un río de personas
seguía al féretro en silencio pero, al parecer, algunos no
habían ido allí para despedir a este vecino de la barriada,
sino para impedir que EL PUEBLO informara de manera rigurosa
-como busca hacer siempre- de una noticia.
Desde este editorial queremos expresar nuestra repulsa a
estas acciones y condena a sus autores, que no han mostrado
respeto alguno ni hacia estos profesionales de la
información ni hacia las personas que lloraban a Karim.
También hay que dar las gracias a quienes se han preocupado
por ellos, como ha sido el caso del delegado del Gobierno,
José Fernández Chacón, quien mostró su respeto y su apoyo al
conocer los hechos. Ahora tan sólo deseamos la pronta
recuperación de los compañeros y, sobre todo, que se haga
justicia, no sólo con ellos, sino para todos aquellos que se
juegan la vida o su integridad física en su servicio a la
sociedad y también con los vecinos del Príncipe que observan
indefensos cómo unos pocos manchan el nombre de esta
barriada y de la gente de bien.
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