La Ciudad Autónoma, a través del consejero de Fomento y
Medio Ambiente, Guillermo Martínez Arcas, anunció ayer que
en el próximo derribo que se lleve a cabo, se informará con
anterioridad de la situación, ya que en el que se está
realizando en la céntrica calle Jáudenes no se alertó ni a
vecinos ni comerciantes de que se iba a proceder a derruir
uno de los inmuebles, tal y como adelantó este diario. Según
explicó el consejero, sí que se avisó a la Policía Local
para que cortara el tráfico en la zona. Por otra parte,
estaba previsto que el derribo y la consiguiente apertura de
la calle se produjeran en la tarde de ayer. Sin embargo, los
trabajos de retirada de escombros continúan hoy y los
comerciantes se han mostrado “desesperados” .
“Se está perdiendo mucho dinero; la polvareda el primer día
fue insoportable”, comentaba uno de los dueños de una
pequeña tienda de comestibles. Durante los trabajos
realizados ayer, se echó agua por los escombros para evitar
que el polvo llenara la calle, las tiendas y viviendas
colindantes. Uno de los momentos más tensos se produjo
cuando el camión que se iba a encargar de recoger los
escombros del edificio entró a la estrecha calle. Sobre las
12:00 horas de se formó una gran fila de vehículos que no
paraban de pitar para intentar pasar. Por su parte, los
residentes de la zona se han mostrado “muy descontentos” por
este “derribo sin avisar” y aseguran que no han podido
descansar a causa del “gran ruido de la máquina”.
Además, algunos de los vecinos que viven en edificios
situados junto al derruido, han notado “varios temblores”
junto al “pesado ruido de la máquina cuando da marcha
atrás”, resaltaban. Después de que el lunes algunos de los
residentes sufrieran sobre las 20.00 horas el corte de sus
líneas de teléfono y de la señal de Internet, ayer fue un
cable eléctrico el que se cortó y causó que Jáudenes se
quedara sin luz. El consejero de Fomento y Medio Ambiente
visitó el lugar sobre las 22.00 horas para conocer de
primera mano la situación.
|