Los vecinos de la calle Jáudenes y los comerciantes de la
zona no cabían ayer de asombro y de indignación al asegurar
que no fueron avisados, “en ningún momento, con la
antelación debida”, de que se iba a proceder el derribo de
un inmueble.
A media mañana la calle quedó cortada al tráfico con dos
vallas de obra, “pero sin un policía local que respaldase la
acción”, aseguran los comerciantes. Lo cierto es que esta
vía quedó infranqueable para el tráfico rodado, sin el
pertinente aviso a los ciudadanos conductores a través, si
quiera, de un mínimo cartel indicativo.
Sin teléfono ni internet
Lo peor estaba por llegar. A primera hora de la tarde de
ayer los comerciantes de la zona próxima al derribo se
encontraban en una situación de indignada impotencia. La
nube de polvo, la imposibilidad del acceso de los peatones
por el lugar, el estruendo, impedía la labor diaria por lo
que fue una “jornada perdida que a ver quién nos la paga”.
Aún peor. Sobre las 20:00 horas algunos vecinos se vieron
afectados por el corte de las líneas de teléfono y de la
señal de internet. Al parecer, durante las maniobras de
derribo pudo seccionarse los cables de telefonía unidos al
edificio y que daban señal a gran parte de ese sector de la
calle Jáudenes.
Al Ayuntamiento
Los comerciantes decidieron cerrar sus negocios sobre las
18:00 horas preguntándose si el Ayuntamiento tenía
conocimiento de todos estos destalles que se produjeron como
consecuencia de este derribo.
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