Dos nuevas remesas de inmigrantes llegaron ayer a Ceuta.
Hacia las 06.00 horas 18 subsaharianos eran rescatados por
la Guardia Civil en el Tarajal. Eran tan sólo algunos de los
que se vio lanzarse al agua, que a esas horas, con fuerte
viento de poniente, estaban frías, lo que causó hipotermia a
cuatro. Unas horas antes fueron 3 y poco después, otros
tantos. A las 12.00 horas la ‘Gadir’ traía a puerto a 10
marroquíes.
A las 06.00 horas de ayer, con un fuerte viento de poniente,
una nueva avalancha de inmigrantes era detectada por la
Guardia Civil en la frontera del Tarajal. De todos los que
se lanzaron al agua en su carrera desenfrenada por alcanzar
la costa ceutí y según contaban poco después a EL PUEBLO los
responsables del operativo, los que quedaron en el agua
fueron 18, de los cuales 6 se encontraban dentro de una de
las ya habituales balsas hinchables de playa y 12 venían a
nado. Los 19 fueron recogidos por la embarcación de
Salvamento Marítimo, Salvamar Gadir, pero no serían los
últimos, pues la jornada se saldó con 34 llegadas.
Poco después de la primera actuación, la Guardia Civil
recogió a otros tres subsaharianos que trajo en su
embarcación hasta la base, en el Puerto Deportivo. Cuatro de
ellos, atendidos como el resto por Cruz Roja, presentaban
signos de hipotermia por lo que, tal como confirmó la
institución humanitaria, hubo de trasladarles al Hospital
Universitario tras proporcionarles mantas térmicas. El
viento del oeste, de hasta fuerza 4 (15 kilómetros por hora)
había enfriado las aguas costeras respecto a jornadas
anteriores.
Horas antes, hacia las 22.00 del domingo, el Servicio
Marítimo de la Guardia Civil había rescatado a otros tres
inmigrantes, estos argelinos, lo que hasta las 12.00 horas
aproximadamente daba un saldo de 24 entradas clandestinas a
territorio ceutí. A esa hora, se activaba de nuevo a la
Salvamar Gadir, que salía al Estrecho en busca de otra
pequeña hinchable con seis hombres. El aviso lo daba una
embarcación de recreo llamada ‘0h, capitán I’ y la precaria
balsa playera se encontró a nada menos que 20 millas de la
costa ceutí. Los inmigrantes, al parecer marroquíes,
contaron que habían salido de Tánger por la noche. Para
localizarlos fue necesario emplear el helicóptero de
Salvamento Marítimo. Otro grupo de cuatro compatriotas
tuvieron suerte, porque la Gadir los encontró de vuelta a
Ceuta por “casualidad”, sin que mediara aviso alguno que
advirtiera de su presencia en unas aguas que ayer
presentaban una fortísima corriente que les arrastraba hacia
el Mediterráneo.
-“¿Están secos todos?”,-“Sí, se han ido cambiando”. -”Si no
tienen calzado dadles alguno”. Las primeras palabras entre
los tripulantes de la ‘Gadir’ y los guardias civiles que los
aguardaba en el Puerto Deportivo responden ya a una letanía
que en julio se ha repetido de forma continúa prácticamente
a diario. Entre esta decena de recién llegados había al
menos uno menor de edad. Todos guardaban silencio,
acurrucados, tras ser filiados uno a uno en las dependencias
del puesto base, hasta el regreso al grupo de uno de ellos,
de mayor edad, con canas, con los que comenzaron a hablar.
Para lanzarse al mar se habían aprovisionado no de agua, lo
más necesario para no sufrir deshidratación -un gran riesgo
bajo el sol del Estrecho-, sino de frutos secos.
Los subsaharianos llegan aferrados a precarios flotadores,
atados a la espalda porque muchos no saben nadar. La Guardia
Civil monta un operativo en la línea fronteriza de la bahía
sur que trata de ser disuasorio, pero quien se lanza de
forma tan desesperada, sobre todo, a nado, acaba por llegar
o ser traído a Ceuta.
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