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sociedad - LUNES, 25 DE JULIO DE 2011


inmigrante debajo de un camion. ep.

inmigracion
 

Los intentos de inmigrantes por escapar en camión, el mayor problema de los transportistas

Cada día los empresarios ceutíes vigilan los bajos de sus vehículos, de donde sacan dos o tres subsaharianos por jornada; una situación para la que exigen soluciones
 

CEUTA
Virginia Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La presión de inmigrantes buscando la oportunidad de colarse en los bajos de un camión aumenta para los transportistas ceutíes. Los subsharianos merodean sus almacenes, el puerto y las gasolineras esperando un descuido para colocarse entre los ejes de los remolques. Para instalarse destrozan los manguitos de los circuitos de aire o incluso frenos y los empresarios deben hacer frente a las reparaciones. No es su mayor problema, ya que temen no advertir la presencia de un inmigrante y que este, como ya ha sucedido, caiga al suelo y sea arrollado. Para solucionar esta situación, piden ayuda a la Delegación del Gobierno.

Cada día los transportistas ceutíes sacan a dos o tres personas, de origen subsahariano, de debajo de sus camiones. Los inmigrantes han encontrado en las entrañas de los tráileres y los autobuses su única vía de escape hacia la península y de forma constante buscan la oportunidad para colarse entre los ejes de estos vehículos. Desde la Asociación de Transportistas de Ceuta, su presidente, Pedro Villarrubia, cuenta que desde hace siete u ocho meses, “la presión viene siendo más fuerte”. “Antes se metía alguno de forma esporádica, pero ahora sucede a todas horas”, señala. Esta situación se ha convertido en su “mayor problema” y ahora, además, se le unen las constantes llegadas a Ceuta de inmigrantes, que se registran casi a diario desde que comenzó el mes de julio.

Alrededor de todos los almacenes que están en las inmediaciones del puerto, a lo largo de la Avenida Juan de Borbón, en las gasolineras y dentro del mismo recinto portuario, “es habitual encontrarse a inmigrantes en busca de una oportunidad para meterse bajo los camiones”, cuenta Villarrubia y añade: “donde ven movimiento, allí van”. No importa la hora del día que sea, y la gente que transite por la calle, “ellos se meten y les da igual”. Cualquiera puede descubrirles acomodándose en los bajos de un camión si espera. El mismo presidente de los transportistas, y dueño de Transportes Nieves, narra como ve a través de las cámaras de seguridad de su almacén a los subsharianos, muchos de ellos residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), meterse en sus camiones.

Dirigidos por un cabecilla

Los inmigrantes van preparados para el ‘abordaje’ de los tráileres. “En la zona del puerto pasean con sus bolsas, donde llevan un mono para no ensuciarse la ropa cuando intentan esconderse en los bajos de los camiones”, explica Villarrubia. Además, están controlados, “alguien de ellos los tiene bien organizados”, asegura el presidente de los transportistas que aclara: “Se ve que va un cabecilla al que siguen seis o siete y él dicta dónde se tienen que meter y cómo lo tienen que hacer”. “Nunca viene uno solo y se mete, siempre van en grupo”, puntualiza. Después, se introducen en los bajos de los camiones, donde algunos incluso “llegan a preparar un somier de madera, con palés, dentro de los ejes para poder viajar más cómodos”, según cuenta este transportista.

Al introducirse entre los ejes de un tráiler, “rompen con las piernas los tubos de los manguitos del aire acondicionado, del circuito de frenos o del circuito hidráulico de las bateas”, narra Villarrubia que explica los problemas que esto acarrea a los transportistas. Los empresarios se ven obligados a costear constantes reparaciones de las roturas que provocan los inmigrantes en los sistemas de transmisión de los camiones. Además, otra de sus preocupaciones es la posibilidad de que uno de los subsaharianos que se cuele no sea advertido, logre viajar, se caiga mientras el camión esté en marcha y pueda ser arrollado, según explica el propietario de Transportes Nieves: “Entonces es cuando se nos pueden venir los problemas encima”.

Encontrar una solución a este problema es ahora mismo “prioritario” para los transportistas. “Hasta el momento nadie está haciendo nada”, denuncia Villarrubia que añade: ”Nos dijeron que estaban en manos de la Delegación del Gobierno, desde donde ya estaban intentando tomar medidas”. Sin embargo, este empresario asegura que no se está haciendo nada. Y es que, aunque desde delegación dijeron que iban a “tomar medidas” nada se sabe de cuáles serán estas actuaciones.

Aumentar la vigilancia

Para Villarrubia, una de estas posibles soluciones sería una “mayor vigilancia”. “Ahora si hay vigilancia, pero una patrulla pasa cada hora y media o dos horas, los inmigrantes la ven, se esconden y vuelven a salir. No sirve de nada”, explica el empresario.

Cuando son descubiertos, los transportistas les sacan y ellos “se echan a reir, se van y a la media hora volvemos a verlos”, explica Villarrubia, que aclara que para controlarlos cuentan con el apoyo de la Guardía Civil y Aduanas, que vigilan constantemente los bajos de los camiones.
 

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