PORTADA DE HOY
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OPINIÓN - DOMINGO, 24 DE
JULIO DE 2011 |
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OPINIÓN / ANÁLISIS |
¡Santiago y cierra España! |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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A que acojona la advocación? Pero
“acojona” para bien, en plan cosquilleó en el estómago y
sublevación del ADN celtíbero, porque ese grito lo llevamos
grabado en las moléculas de nuestros arquetipos y nos
pertenece, tanto como Covadonga y Don Pelayo que con una
cruz hecha de dos cachos de madera armó la mundial y esa
Santina que es más bonita que un San Luis. Pero puestos en
Roncesvalles no nos vamos para la derecha para la costa
cántabra, sino que tiramos por el Camino Francés en busca
del campo de estrellas que ilumina el sepulcro del Apóstol
Santiago. Para cantarle el “cumpleaños feliz” y recordar
cuando irrumpía en las batallas y se liaba a dar mandoblazos,
mandoble por aquí, mandoble por allá. Siempre a nuestra vera
y aunque nacido judío como judío fue Jesús el Esenio a quien
siempre siguió y persiguió, quiso para reposar las tierras
celtas y galaicas. Por todo. Porque sí. Porque son brumas
mágicas y Santa Compaña, porque es la fraga verde y rotunda
llena de susurros y perfumes, porque los celtas rinden culto
a la muerte y a la Estadea y son pueblo que late en el
corazón de nuestra Iberia Vieja y ni los pijos invasores
romanos que vinieron a jodernos con sus latinajos y con el
chivato de Estrabón que se las daba de cronista y era tan
solo un chismoso, consiguieron doblegarlos.
Y para Ceuta el día de hoy reviste un inmenso significado,
porque frente a nuestras costas y atravesando el Estrecho
pasó la embarcación de piedra y sin velas en la que los
discípulos transportaban el cuerpo yacente del Apóstol, es
decir que nuestras montañas le vieron pasar y luego
desaparecer por el Océano, costeando tierras portuguesas
hasta llegar a Finisterre donde los mares se alborotan y el
oleaje suena a gaitas celtas, tan nostálgicas, tan
preciosas... Allí fue donde le desembarcaron y cargaron en
la carreta tirada por los bueyes que fueron a detenerse en
el campo de las estrellas para permanecer en él como luz de
espiritualidad por los siglos de los siglos, conformando un
mágico camino que es la principal ruta mística de la
cristiandad. Y me digan hoy día de Santiago Apóstol ¿Quien
podrá disfrutar del placer de grandes iniciados de estar en
estos momentos leyendo el desaparecido Códice Calixtino?
¿Cual de las grandes Escuelas Mistéricas le habrá echado el
guante a los cinco libros y a los dos apéndices? Fabulemos
¿Masones, francmasones, rosacruces, nuevos
templarios,maestros de la Cabala, priscilianistas o
vaticanistas gnósticos? ¿Y cómo no se ha venido enseñando en
facsimil traducido, la obra a los niños en las
escuelas?¿Estarán los huesos del Apóstol removiéndose en su
pétrea sepultura como se removieron cuando se retiró su más
bella y sagrada imagen por ser “políticamente incorrecta”?
Aunque también puede ser que los babosos de mierda que se
atrevieron a “esconder” la santa talla del Apóstol
Batallador no sean dignos de custodiar “su” Códice, porque
los derechos de los cobardes siempre se han puesto en
entredicho a lo largo de nuestra Historia. Que es Historia
de santos, de héroes y de poetas. Por mucho que le pese a
más de un renegado hijoputa. Y por cierto ¡Santiago y cierra
España! Cierto es que el Códice con la Historia de la Ruta
Jacobea lo escribió un monje de Cluny y no uno de “los
nuestros” del Cister, pero tampoco es para ponerse a ser
celtíbero a machamartillo porque el Camino es de toda Europa
y no vamos a caer en localismos paletos y menos con Europa,
más que nada por el simbolismo de la bandera estrellada. Sí,
la diseñada por un belga tras soñar con una aparición de la
Santísima Virgen Milagrosa vestida con manto azul y rodeada
por doce estrellas : el azul de la bandera y las estrellas
amarillas de nuestra Europa. ¿Se puede simbolizar con mayor
esoterismo la raíz espiritual de nuestro continente? Eso sí,
falta en la bandera de María Santísima un caballo blanco de
Santiago, aunque fuera en una esquina y falta la espada de
Carlomagno y falta la sencilla cruz de Don Pelayo y falta...
¿Será por arquetipos y por simbología?.
Y en el sepulcro de la catedral de Santiago de Compostela se
acurruca un judío reciclado, aunque haya conflicto con Iria
Flavia y muchos celos por parte de San Andrés de Teixidó, el
lugar al que todos los cristianos hemos de peregrinar en la
vida o en la muerte y al que acuden miles de caminantes con
su difunto “añadido” al que pagan una comida en la fonda,
una plaza en el autobús y un cirio en la capilla. ¿Compiten
por un casual los lugares del culto a la muerte? Pues sí,
compiten en las mágicas tierras galaicas, lugar de canteros
que hablaban en bron que era su lengua sagrada y en la que
se iban transmitiendo los grandes misterios y las grandes
claves de la auténtica religión antigua, de la que siguió el
excelso santo gnóstico Prisciliano que tiraba para la senda
esenia que no para “gori-goris” apañados por las jerarquías
de Roma. Que nuestro cristianismo se escribe con caracteres
rúnicos, se habla sin latines, se exalta en el románico y en
el alma de piedra abovedada de las dos más antiguas
catedrales: la de Roda de Isábena en Huesca y la de Jaca
(ahí tuve el privilegio en el 2009 de asistir a una
Eucaristía y lloré tanto de emoción que por poco enfermo).
Como me emociono con el grito de batalla ¡Santiago y cierra
España! porque es advocación que nos conmueve en la
esperanza honda y vivida de que, pese a estar como estamos,
en esta miseria espiritual impuesta por los diablos, la
Iberia Vieja ha sido capaz de resistir a invasores y a
invasiones, a catástrofes y a guerras, a penalidades y a
miedo y soledades. Es el lugar donde enloquece la rosa de
los vientos y donde los templos miran al poniente, el lugar
electo por el Apóstol para reposar. Eso sí, con alguna
batalladora incursión cabalgando sobre un caballo blanco,
mandoble va, mandoble viene y ¡Santiago y cierra España!
Nuestra España.Desde Ceuta, Apóstol Santiago : feliz día.
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Espacios públicos y normas
de convivencia |
Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com
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Las leyes, los reglamentos y las
ordenanzas, constituyen instrumentos de regulación de las
conductas en aras a una mejor convivencia entre los
ciudadanos. De hecho la mayor garantía para el individuo
consiste en tener una idea clara de qué se puede y qué no se
puede hacer desde la perspectiva de conductas permitidas y
conductas prohibidas. Estas últimas por una elemental
seguridad jurídica han de exponerse de forma detallada y lo
suficientemente explícita como para no llevar a equívoco ni
a interpretaciones erróneas, más que nada porque dice el
axioma que “la ignorancia de la ley no exime de su
cumplimiento” y las conductas o los hechos merecedores de
una punición lo van a ser con independencia de que la
persona que los haya realizado conozca o desconozca que son
punibles.
Esta pequeña reflexión la realizamos a tenor del último
Pleno de la Asamblea donde se hizo referencia a la necesidad
de una normativa del buen uso del espacio público, como
existe en todas las ciudades para evitar comportamientos y
actos que supongan un atentado contra los derechos y
libertades de los ciudadanos. Y un “atentado” no tiene por
que circunscribirse a hechos luctuosos o especialmente
violentos porque “atentar” es “atacar o conculcar” y la
ciudadanía tiene el derecho de que los espacios púbicos sean
lugares para utilizarlos de forma colectiva y dentro de unas
pautas de civismo y de urbanidad.
No se es “muy” moderno ni “muy” progre por defender
conductas molestas, incómodas, insalubres o lesivas para
terceros y la libertad de cada cual termina en el mismo
momento en que se comienza a conculcar la libertad del
vecino. ¿El colmo del simplismo? Confundir normas de
conducta con “prohibir el botellón” ¿Y por qué se iba a
prohibir una reunión para divertirse y beber? Lo que se
prohibe es que se llene de basura el espacio público y se
prohiben los ruidos que impidan el descanso de los
ciudadanos. De forma higiénica, utilizando las papeleras,
sin dejar desperdicios y mucho menos cascos de botellas y en
un tono moderado que no contamine acústicamente nadie se
queja de ninguna reunión, las actividades que no resultan
molestas ni antihigiénicas no merecen ningún reproche.
De hecho si en muchas ciudades se ha prohibido beber en los
espacios públicos es por la basura que genera la actividad y
por el ruido. Con respecto a los daños causados en los
espacios públicos el artículo 263 del Código Penal los
contempla y los castiga, si se trata de “movidas” donde
intervengan coches está el artículo 385 y para las broncas y
las peleas se aplica el artículo 557. “El buen uso del
espacio público” y las actividades que atenten contra este
buen uso hace mucho que está contemplado en nuestras Leyes
Penales y el dictar unas ordenanzas no es “mano dura”. De
hecho les pueden preguntar a las madres si están conformes
con llegar a un parque o a una plaza con sus niños y
encontrarse el mobiliario urbano destrozado, las zonas
verdes llenas de desperdicios, preservativos y jeringuillas
y el espacio en sí convertido en un basurero. O si les
parece “mano blanda y defensa de las libertades” el que se
prive del descanso a las familias porque hay gente que
quiere armar jaleo cuando otros duermen.
El hecho de vivir en una sociedad implica el respeto de unas
normas y la grandeza de este Estado de derechos y libertades
es que si no te interesan esas normas y no estás conforme
con sus leyes esto no es Cuba ni es Corea del Norte, de aquí
y de este sistema se puede salir y buscar en otro lugar más
libertades. Pero aquí lo que hay es lo que hay y lo hay
porque así lo ha decidido el pueblo soberano y hay que
respetar, por puro sentido democrático, la voluntad del
pueblo que desea vivir con la mayor calidad de vida posible,
sin que altere nadie la pacífica convivencia, con arreglo a
unas normas a las que atenerse para no incordiar ni ser
incordiado y con una conciencia cívica que hay que potenciar
y enseñar con el ejemplo a los más jóvenes.
Ni el vandalismo, ni las conductas violentas, ni la falta de
civismo, ni el saltarse las normas “a la torera” es lo que
desea la sociedad y tampoco la sociedad lo va a tolerar.
Porque el incivismo “no hace gracia” molesta, disturba,
incomoda e indigna a todos por igual. Y sin llegar al grado
normativo tal vez excesivamente estricto de otros países
europeos, sí tenemos como ejemplo a Europa en general y
podemos afirmar que exceptuando a Grecia y equiparándonos a
Portugal país con el que conformamos la Iberia Vieja, somos
uno de los países más laxos del continente en cuanto a
normas de convivencia. Y si hay “algo” de regulación, no es
para quejarse, sino para agradecerlo.
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