Los trabajadores de la empresa adjudicataria del servicio de
ambulancias, Royda, piden una solución para cobrar los 3.000
euros que se les deben. Para ello, no dudarán en ir a la
huelga si el próximo 2 de agosto no han obtenido respuesta.
Hasta el momento, nadie se ha hecho responsable, salvo el
director provincial del Ingesa._
Los trabajadores de Royda, la empresa adjudicataria del
servicio de ambulancias en la ciudad, están viviendo una
situación “insostenible”. Así define uno de ellos la
realidad a la que les ha llevado los impagos de la empresa
de ambulancias. Hasta el momento, ningún trabajador ha
cobrado ni la última nómina ni la paga extra, una cantidad
que asciende a los 3.000 euros y de la que nadie responde.
Ante este panorama el director provincial del Ingesa, Jesús
Lopera, se reunió ayer con los delegados de personal para
buscar una solución. A esta reunión asistió el representante
sindical de CCOO, con el que este diario intentó ponerse en
contacto sin resultado. Lo mismo les ha pasado a los
trabajadores, que aseguran no tener “ninguna información”
sobre las gestiones que los sindicatos están llevando a cabo
para solucionar un problema ante el que “nadie responde”.
Según explica uno de los afectados, que pide no dar su
nombre, son los mismos sindicatos los que “están vendiendo a
los trabajadores”. “Desde CCOO no han gestionado nada, los
que nos hemos movilizado hemos sido los empleados y ahora
vienen a colocarse la medalla”, señala y añade: “el único
que ha movido ficha ha sido el director provincial que está
intentando por todos los medios que nos paguen”.
Protesta en Delegación
Si la situación sigue igual, los trabajadores tienen claro
que irán a la huelga, que está convocada para el próximo día
2 de agosto. Antes, piensan dirigirse a Delegación del
Gobierno. Mañana, los empleados de Royda se reunirán a las
diez de la mañana e irán ante el delegado, a hacer una
sentada “pacífica”. Solo piden que alguien les tienda una
mano, porque ya están desesperados. “¿Qué hacemos? ¿A quién
le lloramos?”, replicaba este trabajador. Y es que, saben
que no pueden dejar de prestar los servicios porque los
“perjudicados serían los pacientes”. “Sería fácil dejar de
hacer un servicio, pero nadie estaría dispuesto”, explica.
Los conductores de las ambulancias reclaman que tienen un
“papel fundamental” comparable a la Policía o los bomberos,
ya que sin ellos “no se pueden hacer traslados al hospital”,
pero sin embargo, “nadie viene a ayudarnos”, lamenta.
Ambulancias destrozadas
A esta situación se unen los destrozos que sufrieron dos
ambulancias y que atribuyen a los propios empleados. Ellos
quieren dejar claro que no han “tenido nada que ver”. “Sería
absurdo romper nuestra herramienta de trabajo”, opina y
cuenta que estos vehículos estaban en la reserva, por lo que
desde hace meses no se mueven. Tras el incidente, que se
produjo durante una salida, dos trabajadores se quedaron
durmiendo en los vehículos para que no sucediera de nuevo.
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Los conductores no quieren un cambio de empresa
Los trabajadores de Royda llevan
dos meses sin ingresos. La empresa adjudicataria del
servicio de ambulancias para la que trabajan les debe la
última nómina y la paga extra, un total de 3.000 euros. Y en
medio de esta situación, el concurso público para conseguir
la adjudicación de este servicio está convocado y el próximo
día 1 de septiembre comenzará a trabajar la compañía a favor
de la que se falle. Pero, contrariamente a lo que se podría
pensar, los empleados quieren seguir trabajando con Royda.
“Más vale malo conocido que bueno por conocer”, dice uno de
los afectados. Pues, a pesar de los impagos que han sufrido,
la gente está contenta con la empresa. Este trabajador
cuenta, que el problema se podría solucionar si la empresa
cobrara a su vez un servicio de playas que realizó el pasado
verano en Jerez y que el Ayuntamiento de esta localidad aún
no le ha pagado. Otra de las soluciones pasaría por ser de
nuevo la empresa adjudicataria, lo que le permitiría al
empresario acceder a una línea de crédito con la que pagar a
los afectados.
Sin embargo, entre los propios trabajadores se escucha con
fuerza que la adjudicación irá a parar a la empresa
Ambulancias M. Pasquau, que ya opera en Melilla, Málaga y
Jaén. Una alternativa que tiene a los empleados
“atemorizados” ya que la empresa ha tenido problemas de pago
en los tres lugares donde opera. “Si la nueva compañía no
nos paga desde el primer mes, no se qué vamos a hacer”,
comenta este trabajador.
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