La Generalitat de Cataluña ha
sacado una ley para prohibir que el oficio más antiguo del
mundo se siga practicando en sus carreteras, Alegando el
peligro que suponen esas mujeres al borde de las carreteras
para los conductores, La multa le será impuesta tanto a las
mujeres que se dedican a ello, como a aquellos que quieran
recibir algún servicio de ellas.
Que duda cabe que algunos politiquillos del tres al cuarto,
sentados en los bancos pertenecientes a la oposición,
pondrán sus pegas e incluso criticarán esta medida adoptada
por el gobierno de la Generalitat catalana. Y encima, a esa
critica, les llamarán hacer oposición y, por supuesto, hacer
política.
Hacer política de verdad, estando en la oposición no es
criticar todo cuanto haga el partido que esté, en estos
momentos, en el gobierno. Eso no es hacer política, puesto
que criticar es lo más fácil del mundo, todo consiste en ir
contra lo que estén diciendo o proponiendo los contrarios.
Hacer política de verdad, es oponerse a lo que se está
decidiendo, aportando la solución al problema que haya
surgido y se esté debatiendo,. Claro que para eso, para
aportar soluciones y hacer política de verdad, es necesario
ser político, y no politiquillo del tres al cuarto cuyas
actuaciones, desde la oposición, se limitan a criticar al
equipo de gobierno, sin aportar nada de nada. O sea, para
entendernos, realizar en cada actuación la mejor imitación
de Cantinflas, que se cansa de hablar y no te enteras de
nada. Oiga, amigo guardia, sin exagerar que está feo, aquí,
en esta tierra, como las meigas haberlos haylos.
Politiquillos que hablan mucho, sin aportar solución alguna.
Ahora, criticar a todo trapo.
Actuación política, en el caso que nos ocupa, de parte de la
oposición, sería aporta la siguiente solución. Efectivamente
quitar a esas señoritas de las carreteras, llevándolas a
lugares donde puedan ejercer su profesión con todas las
garantías incluida, una de la más importantes, la sanitaria.
Lugares de alterne, donde fuesen contratadas como
trabajadoras del sexo, efectuando su trabajo con toda
garantía sanitaria ya que, cada semana, deberían pasar un
examen médico, sin cuya aprobación no podrían ejerce sus
funciones. Obligando a los dueños de los locales, donde
ejerzan sus trabajos, a tenerlas aseguradas para que, el día
de mañana cuando llegue la hora de su jubilación les quede
una pensión como a cualquier trabajador.
Qué se consigue con esta fórmula. Pues, sencillamente, que
ejerzan su trabajo con todas las garantías incluidas la
sanitarias, cotizando a la Seguridad Social como un
trabajador cualquiera y cuando les llegue la edad de
jubilación, no se vean tiradas por las esquinas de
cualquiera de nuestras calles, en la más absoluta miseria.
No invento nada, ya existe en otros países, es más, aquí en
Ceuta, ya se llevó a cabo en una época donde uno aún era un
chaval joven.
Esto es hacer oposición y hacer política de verdad, aportar
la solución a los problemas que, por las razones que sean,
no encuentra el equipo de gobierno. Insisto para realizar
esto hay que ser político. Y es más difícil encontrar
políticos, que imitadores de Cantinflas.
|