El verso es la semilla del tiempo.
El tiempo es el árbol de la vida.
La vida es el fruto de Dios.
Dios es el silencio en la palabra.
El poema es el jardín del universo.
El universo es un campo de almas.
El alma es el amor del Creador.
El Creador es nuestra razón de luz.
Tiempo y universo nos eternizan.
Vida y almas nos enternecen.
Dios y el Creador nos inmortalizan.
Palabra y luz nos embellecen.
Todo tiene su belleza en este mundo,
sólo hay que dejarse amar por ella,
donar el amor que se nos ha dado,
la vida que se nos ha transmitido.
Somos la mística
que Dios ha escrito en el aire,
con eso me basta y con esto me quedo.
Cada uno en su poesía, pero Dios en todas.
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