El autor del proyecto de la nueva zona verde de Santa
Catalina ha tenido en cuenta en su diseño la “singularidad”
y la “estratégica situación” del que será el mayor parque
periurbano de Ceuta, un área con más de 85.000 metros
cuadrados en el extremo noreste de la ciudad y con
excepcionales vistas al Estrecho de Gibraltar. La actuación,
valorada en 1,2 millones de euros, busca conjugar los
objetivos de restauración medioambiental del antiguo
vertedero con los de carácter “social” o de “acercamiento a
la naturaleza” que puede proporcionar esta zona, con una
gran diversidad biológica, a personas de todas las edades.
“En atención a la riqueza e interés faunístico de la zona”,
el nuevo parque de Santa Catalina está concebido “para ser
un gran mirador al mar”. Esta es una de las definiciones que
el autor del proyecto, el arquitecto y director general
técnico de Urbanismo de la Gerencia de Infraestructuras y
Urbanismo (GIUCE) Jorge Chaves, hace de la segunda fase de
las obras. La actuación está valorada en 1,2 millones de
euros, y con ella se completará el proyecto de traslado,
sellado y acondicionamiento del antiguo vertedero. El que
será el mayor parque periurbano de la ciudad tendrá una
superficie de 65.500 metros cuadrados, a los que se sumarán
los 20.000 generados en la zona de Las Cuevas.
Según consta en la Memoria del proyecto de ‘Restauración
paisajística’, al que ha tenido acceso EL PUEBLO, el
principal objetivo de la segunda fase de las obras que se
desarrollan en Santa Catalina, es la restauración vegetal de
la zona mediante el uso preferente de especies autóctonas,
“junto con otras adaptadas al medio”.
Naturaleza y ocio
En el diseño del parque se ha tratado de conjugar “los
objetivos medioambientales de restauración con los sociales
de acercamiento a la naturaleza” que, según destaca el
arquitecto, puede proporcionar un entorno de las
características que tiene esta zona de la ciudad, de la que
destaca “su situación estratégica, a caballo entre dos
continentes, que le hace partícipe de la originalidad y
diversidad biológica del Estrecho de Gibraltar”. Por ello,
en el diseño del parque se ha buscado “el realce de sus dos
grandes atractivos: el mar y sus vistas panorámicas”,
potenciar la visión del paisaje “teniendo como principal
referencia al mar y aprovechando la diferencia de cotas”.
Otro de los criterios empleados es la integración de los
pavimentos, con el empleo de texturas y coloraciones
crípticas (camufladas respecto a su entorno) o utilizando
pantallas oculta-vistas. La minimización del consumo de agua
mediante empleo de especies poco exigentes y la
optimiización del gasto mediante sistemas eficientes de
riego localizado y automatizado son otros de los objetivos.
El interior del parque quedará protegido “del efecto nocivo
de los vientos salinos” mediante creación de cerramientos
arbustivos con especiees halófilas (adaptadas a terrenos
donde abundan las sales). La diversidad de las plantaciones
de proyecto ha tenido en cuenta la adaptación de las
diferentes especies al viento marino de mayor a menor grado
desde el perímetro al centro.
El proyecto busca “ofrecer una alterrnativa lúdico
recreativa a los ceutíes teniendo en cuenta las necesidades
de ocio de las diferentes generaciones de posibles usuarios
(niños, adultos y mayores)”. Para ello, se aumenta la
superficie utilizable mediante plataformas a nivel
conectadas por una red de caminos fácilmente transitables. A
lo largo del recorrido, se disponen numerosos bancos y
puntos de agua potable.
La forma de flecha del parque y sus cerramientos laterales
“potenciarán la visión del principal eje migratorio” tanto
de aves como de fauna marina, del Mediterráneo, concluye el
autor del proyecto.
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