Ha sido, es y va a seguir siendo
la atleta por excelencia de nuestro país, aunque la
ineptitud, la falta de seriedad y posiblemente el hecho de
estar encuadrada en un partido político, han tratado de
eliminarla en todos los sentidos.
Los hechos sucedidos en diciembre de 2010 dejaron a las
claras que la Guardia Civil, en aquellos asuntos de
investigación, estaban a nivel de suspenso, porque, de lo
contrario, no hubieran cometido las tropelías que cometieron
con Marta Domínguez, como atleta y como persona.
El tiempo fue pasando y la justicia ha dado en la diana,
“Marta Domínguez ha quedado absuelta de todas las
acusaciones que se “mal vertieron” sobre ella como
consumidora o distribuidora de productos dopantes”.
Marta Domínguez está, totalmente, libre de todo ello y ya
comienza a pensar en los preparativos y los entrenamientos
para la alta competición, pensando el los Juegos Olímpicos
de Londres, del próximo año.
Eso, a partir de ahora, pero lo que no quedará, totalmente,
satisfecho es el mal moral que se ha hecho a Marta
Domínguez, que ha tenido que soportar un doble juicio, el
popular y el normal.
La pregunta que nos tenemos que hacer, ahora mismo, es esta
¿Qué recompensa habrá de recibir Marta Domínguez, para que
sus malos ratos le sean reparados?.
De momento, en la política, porque esto fue lo que se hizo y
nadie, todavía, ni desde la Guardia Civil, ni desde el
Ministerio del Interior ha tenido la delicadeza de pedir
perdón, públicamente, por los daños que la ocasionaron.
¿El actual ministro del Interior tendrá la dignidad
suficiente, como para pedir perdón, públicamente?.
Este ministro del Interior era, en aquellos momentos, el
subsecretario de Interior y no parece dispuesto a dar
explicaciones.
Con todo, lo de menos son las disculpas, porque con o sin
ellas Marta Domínguez ya está libre de todo tipo de
acusaciones y podrá hacer una vida normal, como una atleta
de primerísimo nivel.
Una vida normal que en Palencia siempre pudo hacer, salvo
desde diciembre hasta julio, cuando ha quedado todo
aclarado.
Lo bueno y lo que le debe honrar, así como llenarle de
orgullo a Marta Domínguez es que en su Palencia natal y en
toda Castilla-León, todos han confiado siempre en Marta y
hoy han celebrado ya esa libertad total en la que se
encuentra la atleta palentina y de la que no se dice nada,
desde el Gobierno, es de que hubo un error, que costó parte
de la carrera a una atleta de primerísimo nivel y que
conllevó, también, un juicio paralelo sobre algo que no
había existido.
El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio, pero eso se ve
claro en la atleta, mientras que en los causantes de
aquellos problemas no parece haber quedado la más mínima
duda, sabiendo que han actuado de una manera chapucera,
cogiendo el rábano por las hojas y dando por seguro algo que
no era tal.
En el PP ya se ha pedido que, desde el Gobierno, se den
explicaciones, algo para lo que, todavía, no se ha movido ni
un solo dedo.
Así han ido las cosas y así han terminado todos aquellos
alborotos que parecían premeditados para cerrar el paso a
una atleta.
Ahora, con este caso recién cerrado, uno no puede por menos
de empezar a sospechar de muchas de las investigaciones que
se han hecho, en asuntos deportivos y de otro tipo.¿Habrá
dignidad en el Gobierno español para reconocer ese error tan
grande?. Me temo que no.
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