El Gobierno español “insta a Rabat a frenar la emigración
irregular”, según la información publicada en la edición de
ayer de El País por el periodista Ignacio Cembrero. De
acuerdo con esta información, el Ejecutivo “multiplica las
gestiones discretas para convencer a Marruecos de que haga
mayores esfuerzos para frenar la inmigración irregular por
mar a Ceuta y Melilla que se ha disparado desde principios
de junio”.
En la noticia se señala asimismo que Arturo Avello, director
general de relaciones internacionales en el Ministerio de
Interior, estuvo esta semana en Rabat y se entrevistó con
Khalid Zerouali, responsable de inmigración y control
fronterizo, “según indican fuentes conocedoras de su
gestión”. Por otra parte, Francisco Velázquez, director
general de la Policía y de la Guardia Civil, viajará el
lunes a la capital marroquí para abordar, entre otros temas,
la llegada de subsaharianos a nado o en balsas a las dos
ciudades autónomas.
Cembrero informó asimismo de que Khalid Zerouali dio a
entender que las fuerzas de seguridad marroquíes habían
estado muy absorbidas por la supervisión del desarrollo del
referéndum, del 1 de julio, sobre la nueva Constitución,
pero que se dedicarán de nuevo de lleno a sus tareas
habituales.
“Las cifras de llegadas suponen un récord de entradas por
mar aunque son relativamente modestas comparadas con los
asaltos de subsaharianos, a principios del otoño de 2005, a
las vallas que circundan Ceuta y Melilla”, añade la
información. El periodista recuerda que la secretaria de
Estado de Inmigración, Anna Terrón, se esforzó en restar
importancia al fenómeno migratorio en declaraciones a la
agencia Europa Press, al señalar que el flujo de entradas en
ambas ciudades es “muy bajo” y puramente coyuntural. Las
entradas “están vinculadas al periodo veraniego, al buen
tiempo y a una situación complicada en el norte de África”,
añade en su cita de lo declarado Terrón.
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