La Guardia Civil ha desarticulado una red dedicada al
tráfico de drogas desde Melilla hasta países del centro y
norte de Europa en una operación en la que han sido
detenidas siete personas y se han incautado en Murcia casi
dos toneladas de hachís en el interior de una furgoneta con
destino a Holanda. De los siete detenidos como presuntos
autores de los delitos de tráfico de drogas y asociación
ilícita, cuatro son españoles, de entre 23 y 29 años, y han
sido arrestados en Melilla, y los otros tres son holandeses
y han sido detenidos en Murcia. La investigación se inició
el pasado mes de enero por la Sección Fiscal del Muelle de
Melilla.
La Guardia Civil ha desarticulado una organización
internacional dedicada al tráfico de drogas, considerada la
más activa asentada en Melilla, en una operación que se ha
saldado con la detención de siete integrantes y la
incautación de 1,7 toneladas de hachís oculto en una
furgoneta, localizada en Murcia y con destino a Holanda.
La investigación ‘ZambranaQ7’ comenzó el pasado mes de
enero, cuando componentes de la Sección Fiscal del Muelle de
Melilla localizaron 71 kilos de hachís en el doble fondo de
un turismo de alta gama que pretendía embarcar en el ferry
con destino a Almería.
Posteriormente, los agentes dieron con un grupo organizado,
con su base de operaciones en Melilla, que se encargaba de
preparar transportes de droga en vehículos de alta gama con
dobles fondos. Así, tras efectuar sucesivas transferencias
de titularidad de esos vehículos con el fin de ocultar y
dificultar la identidad del verdadero propietario, en el
caso de que la droga fuera intervenida y eludir las
consecuencias del delito, los agentes detectaron que la
organización pretendía realizar el traslado de casi dos
toneladas de hachís desde Melilla hasta Holanda.
En esta ocasión, según fuentes del Instituto Armado, se
servían de una furgoneta de grandes dimensiones provista de
dobles fondos en el techo y suelo, de tal forma que quedaba
“forrada por dentro” en su integridad con pastillas de droga
a las que previamente habían sometido a un tratamiento para
camuflar su olor, con objeto de dificultar el trabajo de los
perros antidrogas.
La furgoneta se pintó entera de nuevo y la soldaron con
piezas originales removidas para evitar cualquier indicio de
manipulación externa. Finalmente, simulaban el motivo del
embarque llenándola con muebles, de tal forma que aparentara
tratarse de una mudanza.
En mayo se realizó la fase de explotación con el seguimiento
controlado de la droga desde el embarque en Melilla hasta su
llegada a Almería, donde la furgoneta se entregó a tres
individuos de nacionalidad holandesa, dos de ellos de origen
marroquí, que se encargaban de realizar la última fase del
transporte hasta Holanda.La intervención de la furgoneta y
de otro vehículo que le daba cobertura y seguridad se
produjo en Murcia, en el momento que pararon en una estación
de servicio para suministrar combustible, procediéndose en
ese momento a la detención de los narcotraficantes y la
intervención de la droga. Las labores de extracción del
estupefaciente duraron más de cinco horas y se utilizaron
máquinas elevadoras para acceder a los dobles fondos donde
se encontraba, que iba distribuida en pastillas de 400 a 700
gramos.
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