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Una vez más el PSOE ha dado marcha
atrás en el Congreso sobre lo que el mismo partido había
votado en el Senado con asuntos que afectaban a Ceuta. La
primera ocasión fue la enmienda sobre la Ley de Contrabando
presentada por el PP, que tuvo finalmente apoyo en la Cámara
Baja; en la segunda los socialistas rectifican ahora sobre
su propia enmienda presentada en la Cámara Alta, referida a
la ayuda estatal al transporte de residuos. Si bien el PSOE
de Ceuta ha tenido que hacer esfuerzos, detrás de las
cortinas, para torcer la voluntad del Grupo Socialista, algo
evidente en el primero de los casos, en el segundo ese
trabajo de fontanería ha venido con la ayuda puntual de
Coalición Canaria que gobierna en las islas con los
socialistas y a los que también afectaba el asunto junto a
Ceuta, Melilla y Baleares. Conviene situar las cosas en su
sitio. Si bien se agradece la labor de Carracao para
intentar que se beneficie Ceuta. Nada de esto hubiera tenido
que ocurrir si el PSOE, de principio, no nos cuela el golpe
a estos cuatro territorios. El PP, por su parte, defendía a
Ceuta, Melilla, Canarias y Baleares desde el principio.
Rectificar es de sabios y en este caso concreto la noticia
se recibe con agrado. Menos mal que C.C. es socio del PSOE
ahora en la Comunidad Canaria, un impulso también de calidad
que ha servido para que el Grupo Socialista en el Congreso
se desmarque de lo que aprobó su mismo Grupo pero en el
Senado hace dos semanas. Ahora, todo sigue igual, el coste
de la valorización de las basuras, esto es, el transporte de
los residuos hacia la península, continúa estando a cargo de
los presupuestos del Estado. Algo que no tenía que haberse
dudado ni en el caso de Ceuta ni en el de Melilla, por sus
muy especiales circunstancias, entre otras cuestiones porque
en el cómputo global de la economía del Estado significa el
‘chocolate del loro’, mientras que para las capacidades
financieras de ambas ciudades autónomas hubiera sido un
esfuerzo añadido más al que ya soportan de por sí. ¿Que el
PSOE rectifica por el bien de Ceuta?, bienvenido sea, Pero
no sería malo pedir menos sobresaltos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
