Esto es una plaga y además una
plaga que no cesa, porque querámoslo o no, desde el otro
lado de la frontera no se está poniendo todo lo necesarios
para frenar estas llegadas masivas.
Ahora mismo hay en el CETI más de seiscientos inmigrantes,
exactamente seiscientos cuarenta y ocho, cuando estas
instalaciones se han acondicionado para setecientos, lo que
quiere decir que en dos semanas, si no antes, ya estará eso
super saturado.
¿Hasta donde se puede aguantar? Es dudosa la respuesta, pero
creo que esto no va a tener un desenlace feliz para nadie,
después de que Ceuta viene haciendo un esfuerzo grandísimo
para acoger a tantos “forasteros”.
El lunes comenzó, otra vez, la llegada, tras haber tenido el
día del domingo una relativa tranquilidad, al no haber
llegado, ese día, ninguno nuevo.
La “Gadir” y una semirrígida de la Guardia Civil recogieron
a trece inmigrantes en dos tandas, primero a siete en una
balsa y luego a seis que llegaban a nado
La cosa no quedó en eso sólo, puesto que el mismo lunes,
Cruz Roja rescató a tres en el Tarajal y luego a otros dos
más.
Mucho tráfico de inmigrantes y un peso gravísimo para lo que
es Ceuta, en estos momentos.
Yo lo que empiezo a preguntarme es qué va a suceder cuando
el CETI esté a tope, y la respuesta que vamos a ir oyendo,
desde alguna ONG es que hay que recoger a todo el que
llegue. Bien, eso me parece bien, pero ¿Dónde?.
El domingo había sido su día de descanso, el lunes volvió la
avalancha de inmigrantes subsaharianos, en aguas muy
próximas al Tarajal.
Y mientras tanto, los del otro lado de la frontera no
parecen enterarse de mucho de la jugada o, si se enteran, no
hacen demasiado para impedir estas llegadas que ya aportan
unos números de mucho problema.
Ahora mismo, mirando hacia esta situación, la llegada de
inmigrantes no cesa y el hecho de que haya habido un día sin
ellos es la auténtica excepción. Jornada en blanco, o mero
paréntesis, para con el comienzo de la semana volver, otra
vez, a la rutina de los días pasados y a crear más actividad
a aquellos que tienen que cuidar el orden o impedir las
llegadas.
El lunes fue la jornada de rescate, desde las primeras horas
de la mañana, comenzando con una balsa que marchaba paralela
el Chorrillo y con siete personas, además de una persona más
que iba a nado.
Se había empezado, como tantos otros días, pero al poco rato
otros cinco inmigrantes más fueron traídos a tierra.
Antes de las diez de la mañana ya habían sido rescatadas
trece personas, a las que se añadirían, mucho más tarde
otros dos grupos recogidos por Cruz Roja, uno con tres y
otro con dos.
No sé el planteamiento que se está haciendo por los
responsables ceutíes de estas parcelas, pero lo que debe
quedar claro a todos es que si se sigue actuando como hasta
ahora, Ceuta estará “colonizada” en pocos meses y los
habitantes de Ceuta se van a encontrar en su propio país,
totalmente destrozados.
El camino no es de rosas, ni mucho menos.
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