El complejo de la Manzana del Revellín ha sufrido de nuevo
actos vandálicos. En esta ocasión le ha tocado el turno a la
puerta del Conservatorio de Música. El cristal de la entrada
de la calle Ingenieros está a punto de resquebrajarse. Los
encargados de las obras de la parte pública de la Manzana
han mostrado su descontento y solicitan “más vigilancia”.
El complejo de la Manzana del Revellín ha sufrido nuevos
actos vandálicos. En esta ocasión le ha tocado el turno a la
puerta del Conservatorio de Música. El cristal de la entrada
de la calle Ingenieros tendrá que cambiarse ya que podría
resquebrajarse. Además, en la misma puerta se ven signos de
que la cerradura se ha forzado.
Por otro lado, en las oficinas que se encuentran en la
Manzana, el cristal se ha desplazado unos centímetros
“seguramente después de haberle dado varias patadas”,
comentaban ayer a este diario algunos de los encargados de
las obras de la parte pública de la Manzana. Además, también
se rompió una pared de pladur y se forzó otra de las
puertas. Los encargados ya no saben qué hacer y lo único que
solicitan es “más vigilancia”. Los últimos hechos vandálicos
se produjeron el pasado mes de junio, tal y como informó EL
PUEBLO. En esa ocasión se realizaron pintadas y roturas de
elementos como los apliques de la luz en los aparcamientos
además de otros despefectos de mayor entidad, entre ellos,
una puerta forzada a golpes y otro boquete en una de las
paredes de pladur.
Los encargados se encuentran “preocupados” por la situación
y temen que algún día esta persona o personas “entren en el
Auditorio y lo destrocen todo”. Por su parte, alguno de los
ciudadanos que paseaban por la zona durante la mañana de
ayer, explicaron a este diario que estos actos suponen “una
auténtica vergüenza” en un lugar “tan destacado” como es la
Manzana del Revellín. Una de las vecinas, Aurora, que estaba
junto a su nieta, destacó que la obra había quedado “muy
bien” para que “lleguen cuatro gamberros y lo destrocen
todo”. Una pareja que también se encontraba dando un paseo
por el Revellín consideró que “estos arreglos cuestan mucho
dinero” y además “demuestran el poco civismo que tienen
algunos ciudadanos”.
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