PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 13 DE JULIO DE 2011

 
OPINIÓN / ANÁLISIS

Las dudas se multiplican y se expanden sobre el Sarao


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Se suceden las noticias sobre las intoxicación de los muchachos de los Centros de Menores, la salmonella apareció en el plato testigo y en las heces de un manipulador, pero el propietario del restaurante adjudicatario sigue sin comparecer ante los medios para dar las lógicas explicaciones, incluso exculpatorias tratando de disculparse por el accidente. Fallo de estrategia y sin duda malos asesores porque si el propietario no desea someterse al interrogatorio que supone de todas todas el contestar a las preguntas de los medios, al menos podría haber delegado en un representante legal o en un apoderado para presentarse con toda la documentación referida a las inspecciones de sanidad a las que haya sido sometido el establecimiento, licencias, partes, relación del personal y repartir esa prueba documental a la prensa.

En estos casos la claridad es el camino más corto entre dos puntos, sobre todo cuando se acumulan las denuncias, primero fueron los airados alumnos del curso de cocina del INEM, luego la denuncia escrita ante Sanidad que fue publicada en este diario y por último la intoxicación de los jóvenes por un evidente fallo en la cadena alimentaria derivado al parecer de la patología que sufría uno de los manipuladores.

Y toda esta concatenación de sucesos disparan las alarmas entre la ciudadanía y hacen inevitable el que el propietario o sus representantes no se nieguen a realizar declaraciones despidiendo a los informadores de forma abrupta porque en este tipo de asuntos la oscuridad es lo menos aconsejable y los primeros interesados en llevar a cabo una rueda de prensa para salvaguardar la imagen del Sarao y disipar las nubes de la sospecha debería ser el dueño y responsable. Si no han habido ni imprudencia ni negligencia sino un hecho accidental lo normal y lo lógico es explicarlo, porque el buen nombre de un restaurante tarda tiempo en consolidarse y segundos en caer en el descrédito. Ilógica por lo tanto la ruda negativa a atender a los informadores cuando deberían estar ansiosos por dar la “versión oficial” del Sarao sobre lo sucedido ya que comparecer ante los micrófonos es una oportunidad irrenunciable para disipar cualquier duda y ofrecer detalles sobre lo que ha ido sucediendo durante estos días. ¿Que mejor prueba aclaratoria que repartir los informes de las inspecciones de Sanidad que deben obrar en poder del propietario del Sarao o de sus asesores? Porque hay veces que unas simples fotocopias de documentos oficiales hacen más que una hora de parrafadas por parte de cualquiera, es prueba documental y es irrebatible.

Pero en este caso ni documentos, ni declaraciones, ni aclaraciones tan solo silencio y malos modos, lo que acrecienta las suspicacias, hace ver fantasmas donde tal vez no los haya, multiplica las dudas y expande la desconfianza. ¡Que torpeza la de los representantes del Sarao! Parece como si les aconsejaran sus enemigos porque no lo pueden estar haciendo peor y repito que ganar prestigio resulta una experiencia larga y dura, pero para perderlo basta un “plis plas”.

Consejo a navegantes: “Dar la cara”, explicarse y explicar, aportar “papeles” y acallar las malas lenguas a base de certificaciones, como ven no resulta ni traumático ni complicado, lo que sí es complicado es llegar a comprender la estrambótica postura del dueño del Sarao. Incomprensible, realmente incomprensible.
 

Una madre de niño hiperactivo pide disculpas
a las madres de niños hiperactivos


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

La Asociación de Padres de Niños con TDAH desea que les pida disculpas por haber comparado a Aróstegui con el niño hiperactivo “petardo” de la clase ya que consideran que la comparación es ofensiva para sus hijos y eso es hilar bastante fino, pero como detesto ofender o dañar a personas buenas no solo me disculpo sino que les ofrezco mi experiencia, fruto de años de estudio en la era anterior a la irrupción de Internet y a raíz de que en 1988 diagnosticaron a mi hijo hiperactividad. Igualito que le diagnosticaron al Director General de Salud Mental de Nueva York y uno de los psiquiatras más prestigiosos del mundo, idéntico trastorno después de pasar por la mitad de los colegios de Andalucía e iba acumulando un expediente escolar auténticamente calamitoso.”¡Con este niño no se puede hacer carrera!” Se lamentaba el padre de Rojas Marcos ignorando que dentro de ese comportamiento inquieto anidaba uno de los cerebros más portentosos que ha dado la ciencia. Con mi hijo mayor pasó igual, pero el ser hiperactivo lo asociaban a la meningitis meningocócica que padeció cuando era un bebé de tres meses y que le ha dejado como secuela añadida el padecer migrañas asociadas al estrés, es decir hiperactivo con migrañas, muy difícil. Y en los años ochenta, cuando la investigación neurológica andaba a trancas y barrancas y todavía se desconocía casi todo lo referente a la regeneración neuronal. ¿Que si mi hijo era “petardo”? No. Era peor. Hoy es ingeniero de imagen y sonido por la Universidad Europea, trilingüe y Master en Protocolo y Relaciones Internacionales amen de haber realizado todos los cursos de aprendizaje de las materias más insospechadas. Y pinta avant garde increíblemente bien.

Pero en los ochenta neurólogos, psiquiatras, psicólogos y echar mano sin poder a la ciencia estadounidense, la más avanzada del mundo y estudiar. Codos y codos.Y en ello sigo sabedora de que existen 13 desequilibrios bioquímicos que pueden producir problemas de salud mental y que el diagnóstico THDA es una especie de “cajón de sastre” y la hiperactividad engloba gran variedad de síntomas y de conductas y para su diagnóstico tienen que utilizarse evaluaciones psicométricas y pruebas bioquímicas. Existen niños disléxicos-dispraxicos incapaces de concentrarse a menudo debido a una deficiencia de ácidos grasos esenciales, a estos chavales se les realiza la prueba diagnóstica de Hoffer-Osmond buscando el desequilibrio bioquímico, de hecho a mi hijo nunca le han faltado el Omega 3 y el Omega 6 para mantener las neuronas bien engrasadas porque el cerebro es mucho más sensible a los desequilibrios bioquímicos que cualquier otro órgano del cuerpo.

También dentro del TDAH puede existir una disglucemia que es la fluctuación de azúcar en sangre y no podemos obviar la importancia del equilibrio de la glucosa que es el combustible del cerebro, para este tema creo que se realizan los análisis de hemoglobina glucosilada. ¿Directrices? Nada de bollería industrial, “nada que esté envuelto” es decir ni conservantes, ni colorantes ni química en los alimentos. Porque también dentro del TDAH aparecen comportamientos que son debidos a alergias e intolerancias a los alimentos y los productos químicos, un médico me comentó que la alergia al gluten puede producir graves desequilibrios y para constatar el potencial alérgico en sangre el test de Ige ELISA que comprueba al menos 50 elementos. ¿Y las deficiencias o desequilibrios en ácidos grasos esenciales relacionados con la función cerebral? Ya se conoce sobradamente que son causa de hiperactividad, dislexia y depresión.

¡Y cuidado con las deficiencias en niacina-piridoxina-ácido folico o B 12 que son los mejores amigos del cerebro! ¡Y también con la toxicidad de los metales pesados!.

Pese al atraso de la época en la que mi hijo fue diagnosticado lo cierto es que los efectos de los fosfolípidos ya eran conocidos como moléculas de la memoria, los ácidos grasos esenciales también y las vitaminas B eran las mejores amigas del cerebro y el magnesio el mayor desestresante parido por la naturaleza. Así que vitaminas-yoga-deportes de contacto para superar la hiperactividad o para convivir con ella y “controlarla” lo positivo en este caso es que los niños diagnosticados de TDAH suelen tener unos CI muy por encima de la media y acaban convertidos en clones de Rojas Marcos. Y eso es algo bien conocido en la sociedad actual que es la de la información, por eso me ha sorprendido el que la palabra “petardo” pueda ofender a los padres de unos niños que suelen ser brillantes y que tan solo presentan un trastorno bioquímico tratable. Pido disculpas por lo tanto por el calificativo y les aclaro que mi hijo hiperactivo era un petardo, inquieto y un gamberro de mucho cuidado, sus travesuras hicieron escuela, pero nunca, jamás, ni un solo instante consideré a mi hijo de alguna manera disminuido por su patología, al revés y además me consta que yo tenía razón, solo hay que mirar su curriculum. Y el de Rojas Marcos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto