Pero faltan las fechas de las
elecciones, porque ahora sí que se puede entrar en una
contradicción, por parte del PSOE, puesto que hay un
Gobierno con una programación ad absurdum, pero ahí están,
mientras que el candidato Rubalcaba parece que lleva otro
programa diferente a lo que ha mantenido, hasta la pasada
semana, como miembro del Gobierno.
El anticipo de las elecciones es algo que se está pidiendo a
voz en grito, desde todos los ángulos de la sociedad,
incluso desde algunos sectores del PSOE que no parecen
aceptar ese empecinamiento de Zapatero de mantenerse en la
cresta de la ola, hasta marzo.
Lo que ha llamado la atención, pero por la parte negativa,
es que Rubalcaba aparezca ahora con una serie de recetas
para recortar el número de desempleados, sin haber tenido la
desvergüenza, si es que estas fórmulas fueran válidas, de
haberlas puesto en funcionamiento en el Gobierno al que él,
desde hace muchos meses, ha pertenecido.
Todo, en las filas de los de Ferraz, parece que va cargado
de contrasentidos y sólo cuando pretenden lanzar otra
“trola” más se sacan un nuevo conejo de la chistera, con el
resultado, al final, de que ni hay chistera, ni conejo, hay
tan sólo intención de seguir engañando, otros cuantos meses
más.
Así está la situación a falta de ocho meses para las
elecciones, no adelantadas, y si se adelantan, a falta de lo
que sea.
Se ha vuelto a hablar, desde las filas pesoístas del
adelanto, e incluso se han dado fechas, el 27 de noviembre
que debe ser domingo.
Eso son los rumores, de radio macuto, pero salidas desde
Ferraz, luego ya veremos, la última palabra la tendrá, al
menos legalmente, el actual presidente Rodríguez Zapatero.
¿Y los demás qué dicen?. Como es de suponer, en el PP se
tienen que frotar las manos con los planes de Rubalcaba,
aunque tampoco deben olvidar que este personaje no es de
fiar y con tal de ganar será capaz de todo, y razones hay
para pensar así.
En Izquierda Unida, en las alturas, han sentado a cuerno
quemado las primeras manifestaciones del candidato Rubalcaba,
sobre las fórmulas mágicas de crear empleo.
Y en los nacionalistas, ni blanco, ni negro, sino todo lo
contrario, si es que con esa incertidumbre “nos va bien”, en
caso contrario Dios proveerá.
Pocas veces, en los muchos años que ya llevamos de
democracia, hemos visto una situación tan atípica como ésta,
con dos programas diferentes, en un mismo partido político,
uno llevado a cabo por el Gobierno y el otro, contrario a
éste, por parte del candidato a futuro presidente.
Pero hay más, choca a propios y a extraños que el que quiere
ser presidente y ha elaborado su programa, haya sido
ministro, el de más peso, hasta hace cinco días y que en
todo ese tiempo, de su programa nadie supo nada.
Cosas extrañas las hay, pero esta supera, con creces, a todo
lo imaginable y nadie con sentido común puede pensar que ese
tal programa sea algo más que una quimera, porque de ser
real y efectivo habría que pensar otras cosas del candidato,
algo que a nadie extrañaría, viniendo como viene de él.
Es el tema de estos días, incluso para los que están de
vacaciones y que hace que las quinielas y conjeturas de
elecciones se multipliquen. Ya puestos a hablar de
elecciones, aunque haga frío, el 27 de noviembre no es mal
día.
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