Una niña melillense de 15 años ha dejado hace escasas
semanas sus estudios porque, según informó ayer el diario
‘El País’, no le permiten ir con el burka y los guantes que
viste desde hace poco tiempo. En un extenso reportaje,
titulado “Sin ‘burka’ no quiero vivir”, el rotativo nacional
se hace eco de este caso, del que dice que es el primero de
una niña en Melilla y en España.
La “niña ‘burka’ española”, como llamaba ayer el diario ‘El
País’ a la protagonista del reportaje, tiene 15 años y es
vecina de Reina Regente, donde vive en una vivienda social
junto a su madre y sus cuatro hermanos. Según el periódico,
Chadia, nombre ficticio que le ha dado a esta joven, era
alumna del IES Rusadir, donde cursaba 3º de ESO hasta que
hace poco decidió llevar burka “por iniciativa propia”.
En el artículo, firmado por el periodista José María Irujo ,
se explica que a principios de este curso, Chadia “vestía
con vaqueros y no llevaba pañuelo”, según la versión de una
de las profesoras del IES Rusadir, que hace unos tres meses
alertó a la Fiscalía de que esta alumna llevaba días sin
acudir a clase, pese a ser “una niña tranquila y aplicada”.
Fue entonces cuando se descubrió que el motivo de la
ausencia de Chadia era que había decidido llevar el burka y
sabía que “no la iban a dejar entrar” en el instituto.
La Fiscalía pidió entonces tanto a la madre como a la hija
que fueran a hablar con el director del centro, si bien la
protagonista del reportaje aseguró que éste “se negó a que
acudiera con el burka”.
El diario ‘El País’ recoge también la versión del director
del IES Rusadir, Miguel Ángel López Díaz: “Le comunicamos a
la madre que la niña no podía acudir con burka. Le
insistimos en que tenía que asistir a clase. Quiso negociar
con nosotros: ‘¿Y si viene sin los guantes?’. Al final
regresó al colegio sin el burka, pero con guantes. Le
dijimos que se los quitara y lo hizo. En el recreo estuvo
haciendo proselitismo con otras niñas y buscando apoyos.
Cuando vino a hablar conmigo se lo quitaba y ponía. ‘¿Qué
pasa si me lo pongo y me lo quito?’, me decía. Le pedí que,
por favor, no viniera tapada ni con guantes, que no enredara
a otras niñas. Ya no ha vuelto a venir. Aquí, un 30% de las
alumnas llevan el hiyab con toda naturalidad. Nunca hemos
tenido problemas. Es una prenda más. Nunca habíamos tenido
una niña con burka y no nos gustaría que esto se extienda.
No es de aquí, es importado”.
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