En los últimos meses he compartido
con los lectores de este medio de comunicación mis humildes
reflexiones en relación a la actividad política en nuestra
ciudad caracterizada por la crispación y el enfrentamiento
entre las diferentes formaciones políticas que concurrieron
a las Elecciones Autonómicas del pasado mes de mayo. Una
labor compleja distinguida en todo momento por el respeto
total hacia sus principales protagonistas y amparada en un
sólido principio constitucional, que algunos no han sabido
digerir y otros, no han sabido valorar en su justa medida.
En primer lugar y por ser de justicia, expresar a través de
estas breves líneas mi más sincero agradecimiento tanto, a
la dirección de este medio de comunicación como, a todos sus
trabajadores puesto que, han sido los verdaderos artífices
de una sección, que me ha permitido compartir con todos sus
lectores mis reflexiones, facilitándome en todo momento el
poder acudir puntualmente a mis citas semanales a pesar, de
la beligerancia de mis colaboraciones hacia quienes han
criticado duramente la labor desarrollada por el Ejecutivo
ceutí.
Colaboraciones comprometidas con el proyecto del Partido
Popular, leales a mis pensamientos ideológicos, que podrían
justificar en cierta medida tanto, las duras críticas
recibidas desde la dirección del otro medio de comunicación
escrito de la ciudad, a pesar de mis inicios “faristas”
como, las maquinaciones protagonizadas por algunos miembros
de mi propia formación política. Por cierto, a pesar de las
insinuaciones de algunos desalmados debo puntualizar, que
desde mis inicios en el año 2002, todas mis colaboraciones
han sido siempre totalmente altruistas es decir, sin
remuneración económica alguna. Colaboraciones publicadas a
lo largo de los años en los dos medios escritos de la
ciudad, El Pueblo de Ceuta y El Faro de Ceuta.
Sin ninguna duda, estas adversas circunstancias añadidas a
la ausencia total de reconocimiento a la labor desarrollada
en los últimos meses han propiciado, que me embarguen
sentimientos contradictorios. Por un lado, sentimientos de
satisfacción por una labor, que ha favorecido el triunfo
electoral de la formación política a la que pertenezco desde
hace muchos años y por otro lado, sentimientos de
frustración al no recibir reconocimiento alguno a la labor
desarrollada. Debo recordar, que la gratitud es una fuente
inagotable de creatividad añadida y la ingratitud, el motivo
suficiente de desinterés en las labores diarias de cualquier
articulista.
Por todo ello, el desinterés ha llegado a mi mente, la
ausencia total de creatividad imposibilita absolutamente mis
labores como colaborador de este medio en estos momentos y
por ello, debo replantearme en profundidad los argumentarios
de mis futuras colaboraciones. En definitiva, a partir de
estos momentos inicio un largo periodo de reflexión interior
con la única intención de encontrar el mejor camino posible,
que me permita reencontrar la creatividad necesaria para
desarrollar satisfactoriamente una labor que me ha
enriquecido personalmente durante los últimos años, hasta
pronto amigos míos.
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