El problema del buen hacer del
enseñante, siempre ha estado, de forma permanente, en la
mente de todos. Aquellos que hemos dedicado buena parte de
nuestra existencia al “noble arte” de educar y transmitir
conocimientos, siempre ha sido como una obsesión.
Nos trasladamos a aquellos inicios de nuestra carrera, donde
de forma “testimonial”, de diversas formas aparecían nuestra
asignatura de Prácticas. Una hora a la semana con la
presencia de un experimentado MAESTRO, D. TEÓFILO ESCRIBANO,
para según el curso, pasar por un aula durante un período de
diez o quince días.
Sin duda que, a través de los años, las Prácticas de
Maestros fueron cambiando. Quiero recordar que fue un gran
acierto dedicar todo un curso para la realización de las
mismas, al finalizar la carrera. Los alumnos y alumnas
llegaban al Centro Escolar de su elección, se incorporaban
durante el primer trimestre, pasaban por el sistema de
rotación por los distintos niveles, para finalizar el curso
en un nivel de libre elección, siempre bajo la orientación y
respeto a las programaciones de los tutores. No nos pareció
mal.
Posteriormente, en el transcurso del tiempo, todo ha ido
cambiando, para llegar a la actualidad, en lo referido al
Magisterio, como otras carreras, al Plan de Bolonia, donde
la carrera de maestros pasa de tres a cuatro años. Los
diplomados maestros pasan a ser graduados. Según información
no contrastada las prácticas se realizarán en tercero y
cuarto de carrera.
Ahora, en nuestro país, se habla de establecer un MIR
docente. “Seleccionar a los mejores es formarlos en la
práctica. El sistema del MIR es el modelo que el ya
candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Sr.
Rubalcaba quiere para el profesorado. “Trasladar lo que ha
funcionado bien en la Sanidad española al sistema educativo,
lógicamente con la adaptabilidad que sea necesaria. “Tenemos
que trabajar para crear un sistema MIR para los educadores,
que seleccione a los mejores por sus conocimientos y los
formen en el aula.”
El Sr. Rubalcaba debe tener, aunque sea breve, experiencia
en materia educativa. Recordemos que fue Ministro de
Educación entre los años 1992 y 1993 -período de
introducción de la LOGSE, desplazando a la Ley General de
Educación LGE- y anteriormente Secretario General de ese
Ministerio.
“A unos profesores, a los que cada vez se les pide más,
apuntó el Sr. Rubalcaba, hay que acompañarles en esa tarea”.
Su formación inicial es un tema no resuelto del todo pese a
las mejoras conseguidas en Primaria y Secundaria. Con los
cambios introducidos por el Plan Bolonia, es insuficiente, y
ahí donde entran los cambios sugeridos por el Sr. Rubalcaba
porque la calidad de un sistema educativo está determinado,
en gran parte, por la calidad de los docentes.
La propuesta del Sr. Rubalcaba, sobre el MIR para
profesores, se limita a un curso de práctica, certificada
por una doble evaluación; primero en el centro educativo y,
después, mediante una prueba ante un tribunal. Así lo
detalla el propio Ministerio.
Es bueno tener en cuenta que, en la actualidad, el decreto
vigente desde 2007 ya prevé un período de prácticas de entre
un trimestre y un curso de duración, como parte del
procedimiento selectivo, con lo cual las mayores novedades
radican en el tiempo y en el sistema de evaluación.
La fórmula de Rubalcaba resulta menos ambiciosa que el MIR
que propuso, a principios de este año, el Secretario de
Educación del PP, que planteaba un período de tres años
divididos en dos fases: un curso teórico-práctico (máster),
impartido en centros superiores de formación del
profesorado, y dos años como profesor en prácticas, con una
“retribución adecuada”, al final de la cual se obtendría el
diploma de aptitud. Conviene informar que el MIR auténtico,
el de los médicos, establece para la mayoría de
especialidades entre cuatro y cinco años como residentes.
El borrador del Gobierno prevé que la fase de prácticas se
desarrolle en un centro público que imparta las enseñanzas
de la especialidad a la que se presenta el candidato, cuente
con un plan de prácticas que incluya las actividades de
formación y la programación de clases y tutorías, en
compañía del profesor titular.
El aspirante impartiría docencia directa en grupos de
estudiantes de los cursos o niveles y la especialidad por la
que fue seleccionado, durante un máximo del 50% de su
horario y el resto, lo dedicaría a lo que determina el plan
de Prácticas del Centro. Durante esta fase, elaboraría la
memoria didáctica que luego defenderá ante el Tribunal. Como
se ha mencionado anteriormente, el PP también tiene su MIR,
lo que nos hace pensar que, de una manera u otra, el MIR
estará presente entre nuestros estudiantes.
Ambos partidos están de acuerdo con la degradación de
nuestros Sistema Educativo. Piensan los del PP que desde
2006, en España está establecido un sistema “coladero” de
interinos, con un temario muy reducido y primando demasiado
la experiencia, lo cual favorece a los interinos, y muchos
opositores con un elevado nivel de conocimientos eran
rechazados.
En las actuales oposiciones a la Comunidad de Madrid, se
prima los conocimientos, sobre los años de interinidad. Los
candidatos sumarán hasta 20 puntos en la pruebas de
conocimiento y de aptitud pedagógica, mientras que por
interinidad el tope de valoración no superará en ningún caso
los diez puntos.
No creo que el MIR sea solución a nuestros problemas
educativos. No es “el bálsamo de Fierabrás” como D. Quijote
y su escudero Sancho, creyeron que sería solución a todos
sus problemas físicos, cualquier tipo de ruina, batallas,
pendencias, por peligrosas que fuesen...
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