Mira, nene, te voy a dar un
consejo que no te lo voy a cobrar. Cosa rara en mí que cobro
por todo y, por esa sencilla razón, me sobra el dinero.
Vamos tengo tanto dinero que no se dónde lo voy a meter,
pues los bancos, esos que ahora critican aquellos que les
dieron miles de millones de euros, no me admiten más.
Mira ricura de mamá, ajó mi niño, no te metas en charcos que
te puedes ahogar, porque demás de no saber nadar tú sólo
vales para guardarle la ropa al manda que te hace escribir
al dictado. Por cierto, hasta escribiendo al dictado eres
una jartá de malo.
Creo haberlo escrito, por activa y por pasiva, siento un
gran respeto por la amistad, y jamás, escribiré algo sobre
aquellos que no están con nosotros. Pues escribir sobre
alguien que no está en éste mundo, para desgracia de los que
fuimos sus amigos, me parece la mayor cobardía que se puede
cometer.
Pero no te aproveches de ello, de mí concepto de la amistad
y del respeto a aquellos que no están entre nosotros. Mi
consejo, ese que te doy gratis, es que no me tientes, no
tientes la suerte pues, a pesar de todo, si me tocas y me
insultas, con todo el dolor de mí alma te voy a tener que
contestar. Y esa contestación que te voy a dar, olvidándome
de todo, no te va a gustar.
Y es que, no es por presumir, pero tengo una memoria de la
que me siento orgulloso. Todo cosiste en poner el disco duro
en marcha e inmediatamente afloran a mi cerebro todas las
cosas de un pasado lejano que viví intensamente.
Tan intensamente lo viví que me puedes preguntar, sobre él,
lo que te venga en ganas, hasta a qué partido pertenecía, en
un principio de la democracia, quien presumía ser un hombre
de izquierdas.
Bueno, es más, te puedo decir la conversación que hace más
de treinta años, tuvo un chaval conmigo en el restaurante de
Serafín, donde acudía con sus padres a comer todos los
domingos, a igual que yo con mi familia. Y ya sabes, ricura
de mamá, que los borrachos y los niños son los que dicen la
verdad.
No lo intentes, no quieras jugar conmigo a decir verdades.
Pues, la diferencia está en que tú que escribes al dictado
lo que te dice que escribas el manda de turno, muy mal por
cierto, sólo dice mentiras y cuentos para no dormir
mientras, por lo contrario, todo cuanto he escrito en más de
cincuenta años haciéndolo está basado en la verdad,
fácilmente comprobable. Sólo basta con leerme cada día y
sacar las consecuencias de lo que escribo.
Te lo repito, no me tientes y quieras jugar una partida de
ajedrez conmigo, pues a pesar de tus conocimientos sobre ese
juego, me permitiría el lujo darte el “mate Pastor”. Ya
sabes ese que se da en tres jugadas.
Dicen que el que avisa no es traidor, y no me podrás negar
que te estoy avisando. No insistas, dedícate a jugar las
partidas con otros, pues si sigues por ese camino se me va a
olvidar, soy muy olvidadizo, la amistad, el afecto y el
respeto a todos aquellos amigos que ya, desgraciadamente, no
están entre nosotros.
Y mira si soy bueno contigo, que te voy a adelantar una
noticia. Estoy preparando la historia de mí primo “EL
Esmeraldo” “ese que si no existiera tendría que crearlo”. NI
te cuento, lo que nos vamos a divertir. Adiós, nene.
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