Los empresarios del Tarajal han llegado a una situación
límite. La presión de la mercancía china que llega de forma
incontrolada, el puente del Biutz por el que pasan miles de
personas sin ningún orden, la falta de aparcamiento para
clientes o el cierre de calles durante varias horas para
evitar la masificación de porteadores están disminuyendo las
ventas de los comercios, según explica uno de los portavoces
de los empresarios. En la actualidad, de las 240 naves que
hay en los 4 polígonos del Tarajal, más de la cuarta parte
están cerradas, en venta o alquiler. Por ello, piden el
apoyo de la Ciudad para resurgir el “pulmón” del comercio
ceutí.
Las naves del Tarajal están pasando uno de sus peores
momentos. Los empresarios piden una solución “definitiva”
para no desaparecer, y así lo traslada uno de sus
portavoces, Mohamed Ahmed, que denuncia la falta de apoyo de
la Ciudad, así como de las organizaciones de empresarios.
“Están hundiendo nuestro futuro” lamenta este comerciante.
“Ningún responsable se hace cargo de nuestra situación”,
dice Ahmed que añade que los comerciantes se sienten
“abandonados”.
Mohamed Ahmed abrió una nave en el Polígono del Tarajal en
la década de los noventa. Desde entonces, este empresario ha
llegado a tener hasta cuatro almacenes en funcionamiento y
diez empleados contratados. Pero la crisis, unida a los
problemas a los que han tenido que hacer frente los
empresarios del polígono como la llegada incontrolada de
mercancía china, el paso de miles de porteadores por el
puente del Biutz, que obliga a cortar calles disminuyendo
las ventas, o el comercio ilegal, han hecho que tenga que ir
cerrando todos sus negocios. El último, una nave de
productos de droguería y menaje del hogar, lo cerró en
noviembre de 2010. “Me valía más cerrar que estar perdiendo
dinero”, cuenta, por eso echó el cierre. “Los productos no
caducan y prefiero esperar a ver si mejoran las cosas”,
explica aunque confiesa que “como está la cosa” ya no tiene
esperanza.
Uno de los principales problemas para los comercios legales
del Tarajal son aquellas naves que sin licencia de apertura
mantienen su actividad clandestina, funcionan como almacenes
y tienen precios con los que es “imposible competir”.
Además, los empresarios denuncian que algunas empresas no
pagan los impuestos de la totalidad de las mercancías que
traen en camiones. “Declaran menos cantidad, y nosotros al
declararlo todo pagamos más IPSI y no podemos competir”,
señala Ahmed que explica que, como él, los que compran
directamente en fábrica, no pueden rebajar los precios tanto
como lo hacen sus competidores que compran a terceros.
Este empresario cuenta que la mayoría de los comerciantes
del polígono son empresarios marroquíes con residencia en
Ceuta que se dan de alta como autónomos, en lugar de como
empresas. “Ponen mercancía a nombre de personas ficticias y
cuando se investiga no existe la dirección ni el
responsable“, sostiene este comerciante que se queja de que
las inspecciones solo las hacen en los negocios dados de
alta: “A las empresas legales nos hacen dos o tres veces al
año inspecciones de trabajo, las que no figuran en los
listados oficiales nunca tienen visita”.
Malos olores e insalubridad
Desde 2006, los empresarios se han reunido en varias
ocasiones con el Ejecutivo para trasladarle estas
preocupaciones pero, según cuenta Ahmed, todo se queda en
“papel mojado”. “La Ciudad Autónoma nunca ha tenido interés
por los comerciantes del Tarajal”, señala este comerciante
que también asegura que no ha recibido ningún apoyo por
parte de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE) o
la Cámara de Comercio.
El comercio “desleal” no es el único de los problemas que
tienen estos negocios. Ahmed también denuncia la falta de
una buena señalización dentro del Tarajal. “Nos prometieron
señales en el interior del polígono para regular la
circulación y aún no hemos visto nada”. Tampoco encuentran
solución a los malos olores que caracterizan ya la zona,
porque no “baldean las calles” y con solo barrer “no es
suficiente”. Además, por las noches entran las ratas que
viven hacinadas en la basura que se amontona a las afueras
del recinto.
El mal estado de las aceras o la falta de aparcamiento para
clientes, son otras de las dificultades a las que se
enfrentan los comerciantes. “Sin plazas para dejar el coche,
la gente del centro no se desplaza a comprar al Tarajal”
señala este empresario.
La llegada de miles de porteadores por el puente del Biutz
también se ha convertido en problemática para algunos de los
comerciantes, que ven como las calles donde se encuentran
sus negocios se cierran durante varias horas para controlar
el paso de la gente. Un paso que desde 2005 sólo se ha
traducido en pérdidas para los comerciantes y que ahora
quieren denunciar ante los tribunales, como la causa de la
situación que les está llevando a cerrar sus negocios.
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